Anabasis IV
Páginas: 8 (1796 palabras)
Publicado: 3 de junio de 2014
Mis viajes.
Los Cafés de Budapest,la perla del Danubio
Jacinto Montes Barberena
La historia de los cafés de Budapest se remonta al siglo XVII, al tiempo posterior a la dominación turca. El esplendor llega a finales del siglo XIX y primer tercio del XX. En la actualidad muchos se mantienen con las mismas características que les convirtió en grandes centros de reunión y conspiración alo largo del siglo pasado.
Solo después del nacimiento de la monarquía dualista( Austria y Hungría)- a mediados de los años 1860, las guerras fracasadas de los Habsburgo aislan internacionalmente a Austria y agotan sus reservas. La prolongada resistencia pasiva llega a causarle problemas vitales a la capa dirigente húngara. La situación está preparada para un pacto. Por iniciativa de FerencDeák, el "sabio de la patria", se inician las negociaciones de compromiso.
Como resultado de las mismas, en 1867 el Imperio Habsburgo se convierte en una monarquía dualista . Ambas partes con igual rango de la Monarquía Austro-Húngara obtienen soberanía plena en sus asuntos internos. Sus parlamentos promulgaban autónomamente sus leyes, que el rey Francisco José I en Viena ratifica comoemperador, en Budapest como rey, y los dos gobiernos por separado se encargaban de llevarlas a cabo. Son comunes los asuntos exteriores y los de guerra, así como las finanzas de los mismos. El compromiso significa para los dos grupos nacionales dominantes del imperio; los húngaros y los austríaco-alemanes, el retorno a la constitucionalidad y a buena parte de los logros de 1848; los cafés de Budapestcobran plena forma, con su exuberante arquitectura interior.
En el año 1896, tan solo en la capital se cuentan más de 600 cafés, esta cifra nunca fue superada. Se llega incluso a aprobar una ley que establece que un café debe contar con una superficie mínima de 150 metros cuadrados y una altura de al menos 4 metros además de dos mesas de billar.
Los demás establecimientos donde se vende ysirve café no están autorizados a presumir del título de “café”, y tienen que conformarse con el modesto nombre de “despacho de café”.
“Hasta un aprendiz de dependiente o un cocinero puede permitirse el lujo de tomar un café, incluso en los más lujosos del centro de la ciudad”
Y no creamos que sólo los poetas bohemios y otros artistas en constante apuro económico pasan sus horas muertasallí. Son el lugar donde las diferencias sociales desaparecen, donde todos los segmentos de la sociedad tienen cabida (“la utopía hecha realidad”) como afirma Wilhelm Droste.
Hasta un aprendiz de dependiente o un cocinero puede permitirse tomar un café, incluso en los más lujosos del centro de la ciudad. Y nadie obliga a los clientes a consumir más. Con una taza de café se puede pasar horassentado a la mesa. Y ¡cómo se trataba a la gente! Los dueños y los camareros respetan a los clientes en todos los sentidos y les tratan de igual manera y con la misma delicadeza. Todos pueden sentirse reyes del mambo por unas horas.
En los cafés reina la democracia que fuera de sus muros es un concepto desconocido y caduco, aunque en realidad, esa igualdad es solo aparente y de puertasadentro. El famoso dramaturgo y novelista Ferenc Molnár se queja de que la causa de frecuentar en muchedumbre los cafés es la pobreza y las míseras condiciones de vivienda de la época. En efecto, muchos se ven obligados a vivir en oscuras, mugrientas y viejas habitaciones de alquiler, y numerosos familiares tienen que compartir exiguos cuartos.
En cambio, los cafés ofrecen enormes espacios, sumobiliario, en general, es cómodo y grandioso, entra mucha claridad, y si no, las inmensas y espectaculares lámparas proporcionaban la suficiente luz como para que los clientes puedan sentirse en un mundo resplandeciente, alegre, divertido y olvidarse de sus míseros y lúgrubes hogares.
“En los cafés reina la democracia que fuera de sus muros es un concepto desconocido y caduco”
Los niños y...
Los Cafés de Budapest,la perla del Danubio
Jacinto Montes Barberena
La historia de los cafés de Budapest se remonta al siglo XVII, al tiempo posterior a la dominación turca. El esplendor llega a finales del siglo XIX y primer tercio del XX. En la actualidad muchos se mantienen con las mismas características que les convirtió en grandes centros de reunión y conspiración alo largo del siglo pasado.
Solo después del nacimiento de la monarquía dualista( Austria y Hungría)- a mediados de los años 1860, las guerras fracasadas de los Habsburgo aislan internacionalmente a Austria y agotan sus reservas. La prolongada resistencia pasiva llega a causarle problemas vitales a la capa dirigente húngara. La situación está preparada para un pacto. Por iniciativa de FerencDeák, el "sabio de la patria", se inician las negociaciones de compromiso.
Como resultado de las mismas, en 1867 el Imperio Habsburgo se convierte en una monarquía dualista . Ambas partes con igual rango de la Monarquía Austro-Húngara obtienen soberanía plena en sus asuntos internos. Sus parlamentos promulgaban autónomamente sus leyes, que el rey Francisco José I en Viena ratifica comoemperador, en Budapest como rey, y los dos gobiernos por separado se encargaban de llevarlas a cabo. Son comunes los asuntos exteriores y los de guerra, así como las finanzas de los mismos. El compromiso significa para los dos grupos nacionales dominantes del imperio; los húngaros y los austríaco-alemanes, el retorno a la constitucionalidad y a buena parte de los logros de 1848; los cafés de Budapestcobran plena forma, con su exuberante arquitectura interior.
En el año 1896, tan solo en la capital se cuentan más de 600 cafés, esta cifra nunca fue superada. Se llega incluso a aprobar una ley que establece que un café debe contar con una superficie mínima de 150 metros cuadrados y una altura de al menos 4 metros además de dos mesas de billar.
Los demás establecimientos donde se vende ysirve café no están autorizados a presumir del título de “café”, y tienen que conformarse con el modesto nombre de “despacho de café”.
“Hasta un aprendiz de dependiente o un cocinero puede permitirse el lujo de tomar un café, incluso en los más lujosos del centro de la ciudad”
Y no creamos que sólo los poetas bohemios y otros artistas en constante apuro económico pasan sus horas muertasallí. Son el lugar donde las diferencias sociales desaparecen, donde todos los segmentos de la sociedad tienen cabida (“la utopía hecha realidad”) como afirma Wilhelm Droste.
Hasta un aprendiz de dependiente o un cocinero puede permitirse tomar un café, incluso en los más lujosos del centro de la ciudad. Y nadie obliga a los clientes a consumir más. Con una taza de café se puede pasar horassentado a la mesa. Y ¡cómo se trataba a la gente! Los dueños y los camareros respetan a los clientes en todos los sentidos y les tratan de igual manera y con la misma delicadeza. Todos pueden sentirse reyes del mambo por unas horas.
En los cafés reina la democracia que fuera de sus muros es un concepto desconocido y caduco, aunque en realidad, esa igualdad es solo aparente y de puertasadentro. El famoso dramaturgo y novelista Ferenc Molnár se queja de que la causa de frecuentar en muchedumbre los cafés es la pobreza y las míseras condiciones de vivienda de la época. En efecto, muchos se ven obligados a vivir en oscuras, mugrientas y viejas habitaciones de alquiler, y numerosos familiares tienen que compartir exiguos cuartos.
En cambio, los cafés ofrecen enormes espacios, sumobiliario, en general, es cómodo y grandioso, entra mucha claridad, y si no, las inmensas y espectaculares lámparas proporcionaban la suficiente luz como para que los clientes puedan sentirse en un mundo resplandeciente, alegre, divertido y olvidarse de sus míseros y lúgrubes hogares.
“En los cafés reina la democracia que fuera de sus muros es un concepto desconocido y caduco”
Los niños y...
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