Anagnórisis de Edipo Rey

Anagnórisis Edipo rey
El detonante de la anagnórisis el Tiresias, que al enfurecerse le revela a Edipo que le depararía su futuro y que él fue el asesino de Layo, por consiguiente esto hace que Edipo empiece a investigar. La anagnórisis se descubre cuando Edipo se da cuenta de quién es en realidad por el mensajero de Corinto y el Siervo quienes le revelan que no era hijo de Polibio y Merinto,sino que es el hijo de Layo y Yocasta, y que además es el asesino de su padre, esposo de su madre y tuvo dos hijas con ella.
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TIRESIAS: ¡Ay, ay! Terrible es el saber, cuando el que sabe de ello no aprovecha. Bien lo sabía, pero lo había olvidado. De tenerlo presente, acá no hubiera venido. 

EDIPO: ¿Eso qué es? ¿Te pesa haber venido? TIRESIAS: Deja que torne a casa. Harás bien a ti mismo y me lo harás a mí. Insisto y te lo ruego. 

EDIPO: ¡No, por los dioses, no! No te vayas sabiendo lo que sabes. Rendidos todos a tus pies lo pedimos. 

TIRESIAS: Es que todos están fuera de juicio… ¡Nunca habré de revelar mis desdichas, por no decir las tuyas…! 

EDIPO: ¿Qué dices? ¡Lo sabes y no hablas! ¿No te das cuenta de quecallando nos traicionas a nosotros y a tu ciudad? ¡Habla, ahora! Aquí. ¡Es preciso que lo digas! 

TIRESIAS: Ni una palabra más proferiré. Obra cual quieras. Enójate con la ira más vehemente. 

EDIPO: Vaya, vaya… en mi enojo voy percibiendo que fuiste tú el autor de todos estos hechos, que tú los llevaste a obra, no por tu mano, sino por mano ajena. Ciego eres, que si ojos tuvieras, afirmaría quefuiste tú y sólo tú quien el delito perpetró. 

TIRESIAS: ¿De veras? Oye ahora, ten atención a lo que digo. Todo lo que tú dices contra el culpable, cae sobre ti. Sábelo bien. Esta tierra está manchada por la infamia de un culpable. Y el culpable, eres tú. 

EDIPO: ¡Tales son tus palabras ante mí, atrevido! ¿Piensas que has de librarte de mis manos? 

TIRESIAS: Tú me obligaste a que hablarasin quererlo. 

EDIPO: ¿Hablar qué? ¡Repítelo, quiero oírlo mejor! 
TIRESIAS: ¿No lo entendiste antes? Ese asesino que buscas, ese asesino, eres tú. No lo ves y vives unido a los seres que más se aman. Y ni siquiera te das cuenta de la infamia en que vives. 

EDIPO: ¡Ciego miserable! ¡Ciego del alma como de los ojos! 
…
MENSAJERO: Señores, ¿Me dirán en dónde se encuentra el recinto de Edipo,rey de esta tierra? 

CORIFEO: Éste es el palacio y el dentro se encuentra, oh extranjero; ésta que miras es su esposa, madre es de sus hijos. 

MENSAJERO: ¡Feliz sea siempre, ya que es tan perfecta consorte de aquél! 
YOCASTA: ¡La felicidad para ti, extranjero! Pero, di, ¿a qué vienes? ¿De qué noticias eres conducto? ¿De dónde vienes? 

MENSAJERO: Vengo de Corinto. Lo que voy a decir tepodrá ser grato, aunque acaso un poco triste. 

YOCASTA: ¿Qué puede ser? ¿Cómo tiene esa doble virtud lo que portas? 

MENSAJERO: Hacerlo rey de la tierra del Istmo de Corinto, han convenido en eso sus habitantes. 

YOCASTA: ¿Qué? ¿Ya no reina el viejo Pólibo? 
…

EDIPO: ¿Qué dices extranjero? Refiérelo. 

MENSAJERO: La enfermedad, según entiendo, pudo acabar con él y la edad larga quesobre su cuerpo pesaba. 

EDIPO: ¡Ay! ¿Por qué? Proclamaban que yo habría de matar a mi padre: ¡Muerto ya, reposa bajo tierra! ¡Y yo acá lejos! ¡Ah…! ¿Y si murió de pena por estar yo ausente? Una cosa es segura: Pólibo ya está en el Hades y se llevó consigo como carga todos los funestos oráculos. 

YOCASTA: ¡Qué tiempo ha que te lo estoy diciendo! ¿Qué ha de temer el hombre, si está bajo eldominio de los hados? ¿Si nada con certeza puede prever? Lo mejor es vivir sin preocuparse. 

EDIPO: Apruebo todo lo que dices. Pero mi madre aun vive y el oráculo aún he de temer. 

MENSAJERO: ¿De qué mujer hablan tan temida? 

YOCASTA: De Mérope, anciano, la dulce esposa de Pólibo. 

MENSAJERO: ¿Y por qué ha de inspirarte esos temores? Siempre tierna fue. 

…
EDIPO: No te entiendo,...