Analisis economico betis 1993-98
AOA no es más que un funcionario público, uno de tantos y tantos aficionados que contribuyó en la medida de sus escasas posibilidades a la salvación del Betis allá por 1992. Pues bien, a partir de aquel 1 de diciembrede 2000 su vida ya no sería la misma.
Meses más tarde, durante un proceso bochornoso, casi inquisitorial, el presidente verdiblanco acusó a este funcionario de ser responsable en las inspecciones de Hacienda que habían desvelado el presunto vaciamiento patrimonial que Lopera, a través de una compleja red de empresas propias, estaba ejecutando en el Betis. Lopera convocó una rueda de prensa (enla que permitió la presencia de varios aficionados radicales), repartió octavillas acusando a AOA y, posteriormente, denunció una conspiración ordenada por él para hundir al Betis.
Sin embargo, según ha podido saber EL MUNDOde Andalucía, Ruiz de Lopera supo, desde el primer momento, que AOA nunca tuvo nada que ver con la inspección que se le ha hecho a las cuentas del Betis y que ahora havisto la luz, la cual ha derivado en una imputación del empresario bético por un presunto delito fiscal contra el club heliopolitano.
En lugar de rectificar, Lopera, junto con sus vicepresidentes por entonces Angel Martín y José Luis Jiménez, orquestó clandestinamente una campaña de terror contra AOA, inocente a todas luces. Pero Lopera sabía muy bien lo que hacía. No era un error casual en laidentificación. Señaló a AOA como cabeza de turco, consciente de que cualquier presión sobre JRL, verdadero responsable de la inspección, le llevaría directamente a la cárcel por coaccionar a un funcionario.
Lopera lo sabía. Como sabía que el inspector que, en realidad, realizó los informes que desvelaban los claros indicios del delito fiscal que presuntamente había cometido respondía al acrónimoJRL, quien, según ha podido saber este periódico, entró a formar parte al más alto nivel en el organigrama de una caja de ahorros. Pero ¿por qué el Betis no acusó a JRL? La respuesta está ya es conocida por tanto.
Tal es la gravedad del asunto, que el propio vicepresidente y asesor fiscal del Betis, José Luis Jiménez, se acercó al domicilio de AOA para pedirle disculpas por la falsa acusación.No tuvo que andar mucho: eran vecinos y se conocían por el ejercicio de su profesión. Pero, públicamente, Jiménez se cuidó mucho de contradecir a su presidente. Lo que había en marcha era una estrategia para desacreditar a la Agencia Tributaria y sus inspecciones que acusaban al presidente (no al Betis). Eso, a nivel general. Pero, ¿que hay de la familia de AOA en la rutina del día a día?
Lasprácticas intimidatorias contra el funcionario y su familia no tardaron en sucederse. Su jardín amanecía cubierto por bolsas de basura. Las llamadas amenazándole de muerte se repetían. La policía intervino su teléfono, le recomendó que no fuera solo por la calle y le conminó a que ejecutase la fría tarea de volverse invisible. Su nombre desapareció de la guía telefónica y de todos los registros...
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