Analisis Literario Del Avaro
Moliere
Colección
Teatro
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Dirección General: Marcelo Perazolo
Dirección de Contenidos: Ivana Basset
Diseño de cubierta: Daniela Ferrán
Diagramación de interiores: Guillermo W. Alegre
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Primera edición en español en versión digital
© LibrosEnRed, 2010
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Índice
Personajes
5
Acto I
6
Acto II26
Acto III
39
Acto IV
60
Acto V
73
Acerca del autor
88
Editorial LibrosEnRed
89
Personajes
Harpagón, padre de Cleanto y de Elisa y enamorado de Mariana
Cleanto, hijo de Harpagón, amante de Mariana
Elisa, hija de Harpagón, amante de Valerio
Valerio, hijo de Anselmo y amante de Elisa
Mariana, amante de Cleanto y amada por Harpagón
Anselmo, padrede Valerio y de Mariana
Frosina, mujer intrigante
Maese Simón, corredor
Maese Santiago, cocinero y cochero de Harpagón
Flecha, criado de Cleanto
Doña Claudia, sirvienta de Harpagón
Miajavena y Merluza, lacayos de Harpagón
El comisario y su escribiente
La escena en París, en casa de Harpagón
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Acto I
Escena I
Valerio y Elisa
Valerio. —¡Cómo, encantadora Elisa, ossentís melancólica después de las
amables seguridades que habéis tenido la bondad de darme sobre vuestra felicidad! Os veo suspirar, ¡ay!, en medio de mi alegría. ¿Es que acaso
lamentáis, decidme, haberme hecho dichoso? ¿Y os arrepentís de esta promesa, a la que mi pasión ha podido obligaros?
Elisa. —No, Valerio; no puedo arrepentirme de todo cuanto hago por vos.
Me siento movida a ello por unpoder demasiado dulce, y no tengo siquiera
fuerza para desear que las cosas no sucedieran así. Mas, a deciros verdad,
el buen fin me causa inquietud, y temo grandemente amaros algo más de
lo que debiera.
Valerio. —¡Eh! ¿Qué podéis temer, Elisa, de las bondades que habéis tenido
conmigo?
Elisa. —¡Ah! Cien cosas a la vez; el arrebato de un padre, los reproches de
una familia, las censuras delmundo; pero más que nada, Valerio, la mudanza de vuestro corazón y esa frialdad criminal con la que los de vuestro sexo
pagan las más de las veces los testimonios demasiado ardientes de un amor
inocente.
Valerio. —¡Ah, no me hagáis el agravio de juzgarme por los demás! Creedme capaz de todo, Elisa, menos de faltar a lo que os debo. Os amo en demasía para eso, y mi amor por vos durará tanto comomi vida.
Elisa. —¡AH, Valerio! ¡Todos dicen lo mismo! Todos los hombres son semejantes por sus palabras; y son tan sólo sus acciones las que los muestran
diferentes.
Valerio. —Puesto que únicamente las acciones revelan lo que somos, esperad entonces, al menos, a juzgar de mi corazón por ellas, y no queráis
buscar crímenes en los injustos temores de una enojosa previsión. No me
asesinéis, oslo ruego, con las sensibles acometidas de una sospecha ultra-
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El avaro
jante, y dadme tiempo para convenceros, con mil y mil pruebas, de la honradez de mi pasión.
Elisa. —¡Ay! ¡Con qué facilidad se deja una persuadir por las personas a
quienes ama! Sí, Valerio; juzgo a vuestro corazón incapaz de engañarme.
Creo que me amáis con verdadero amor y que me seréis fiel; noquiero dudar de ello en modo alguno, y limito mi pesar al temor de las censuras que
puedan hacerme.
Valerio. —Mas ¿por qué esa inquietud?
Elisa. —No tendría nada que temer si todo el mundo os viera con los ojos
con que os miro; y encuentro en vuestra persona motivos para hacer las cosas que por vos hago. Mi corazón tiene en su defensa todo vuestro mérito,
fortalecido por la gratitud a que el...
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