ANALISIS PIERRE BOURDIEU
Bourdieu a lo largo del libro expone una dura crítica al análisis estructuralista del lenguaje propuesto por Saussure pues este “separa la lingüística externa de la lingüística interna,…, excluye de esta disciplina todas las investigaciones que relacionan la lengua con al etnología”1, limitando el análisis científico a la búsqueda desentido de la producción de enunciados en las palabras mismas, lugar en donde, según Bourdieu, no residiría exceptuando casos específicos.
En el análisis que realiza Bourdieu sobre la “crisis de la iglesia”, plantea que el verdadero sentido no se encuentra en las palabras, sino en el contexto en donde estas se producen, por ende, momento en que su eficacia simbólica (en referencia en este casoparticular al poder simbólico) es puesta en practica.
La primera constatación que realiza Bourdieu, es que el poder de las palabras, no es mas que la representación del poder que de una u otra manera ha sido delegado en el “portavoz” del grupo, o de la institución en cuestión, en este caso se habla de los sacerdotes quienes detentan “el monopolio de la manipulación de los bienes de salvación”2.Con anterioridad ya se había planteado las formas a través de las cuales un individuo llega a “convertirse” en el portavoz de un grupo, siendo condición primera la existencia de un mercado lingüístico unificado dominado por una lengua oficial, y para que esto suceda es necesario que los diversos mercados lingüísticos se unifiquen y que los diversos dialectos inmersos en este mercado sean medidosen comparación a la lengua oficial; fenómeno que de forma directa esta asociado a la constitución del Estado, y a la constante lucha de clases en busca de imponer la construcción propia de la realidad como la verídica, siempre a través del lenguaje. Es de esta manera que la educación adquiere un papel vital en la legitimación de la lengua oficial y por sobre todo del locutor en cuestión.
Eneste caso en particular hablamos de la educación obtenido por el sacerdote, educado e instruido en las prácticas religiosa, legítimo frente al resto debido a su “competencia lingüística”, legitimo frente y por el resto, pues “toda forma de dominación simbólica implica una forma de complicidad que no es ni sumisión pasiva a una coerción exterior, ni adhesión libre a los valores”3, siendo lacompetencia legitimada por el patrimonio social. Dentro de un grupo, para que exista esta clase de delegación de poder es necesario que todo el grupo (o su gran mayoría) sean capaces de reproducir la lengua oficial, y por tanto entenderla, pero que la distribución de posibilidades de acceso a los instrumentos de producción de (la lengua) competencia legitima se encuentren distribuidos de forma desigual enbase a diferencias económicas y sociales favorables a los dominantes.
El Clero tradicionalmente ha formado parte de las clases dominantes, y por mucho tiempo el acceso al sacerdocio era diferenciado siendo aquellos individuos de las clases dominantes quienes recibían al educación necesaria, y por ende el capital lingüístico, para formar parte de este grupo de elite que detentaban el poder deservir de médium entre el mundo de lo sagrado y lo profano.
La forma (la manera) y el material propio del discurso son solo símbolos de la posición social ocupada por el locutor, y varían según el acceso que este haya tenido a la institución (alta en el caso de los sacerdotes).
Es por esto que aquellos cambios efectuados en Francia eran percibidos (y de forma correcta) como una crisis de lainstitución, pues se estaba produciendo un quiebre entre el locutor legitimado al cual se le estaba otorgando el poder y el uso que se hacia de este, el antiguo contrato se desvanecía. Al disociarse los elementos compositivos del ritual, este pierde su eficacia simbólica, pues si los sacerdotes ya no detentan el poder de la bendición y el conocimiento del “camino al cielo”, este poder queda suelto y...
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