Analisis
Hinchadas de administración
por Gabriel Zaid
Disponible en: http://www.letraslibres.com/index.php?art=14749
Suele creerse que mientras mayor es el presupuesto mejor es la educación. Gabriel Zaid, tomando a la unam como base, desmiente esta idea y exhibe el gigantismo que ha provocado el derroche de dinero público en la Universidad Nacional
En el Anuario estadístico dela unesco (1975, 1999) se puede ver que la población mundial matriculada en universidades, escuelas técnicas superiores y escuelas normales superiores creció de pronto como nunca. Subió de 12 millones en 1960 a 51 en 1980: se cuadruplicó en veinte años. Esta explosión (7.5% anual) empequeñece la otra (2% anual de la población total). Quizá tuvo que ver (como causa o como efecto) con la protestajuvenil de aquellos años, con variantes para cada país.
En México, la represión del movimiento estudiantil en 1968 fue continuada por una política reconciliatoria del presidente Luis Echeverría (1970-1976), en la vieja tradición de comprar buenas voluntades con generosidad y concesiones. Lo dijo Porfirio Díaz: Hay que echarles huesos a los perros, para que dejen de ladrar. Y también ÁlvaroObregón: No hay general que resista un cañonazo de 50 mil pesos.
Según Víctor Bravo Ahúja y José Antonio Carranza (La obra educativa [1970-1976], sep Setentas 301, 1976, p. 200), el gasto en educación superior de la Secretaría de Educación Pública fue sextuplicado en el sexenio de Echeverría. Subió de $1,147 millones en 1971 a $6,792 en 1976.
Con Echeverría, las universidades empezaron a nadar endinero. El resultado fue desconcertante. Prosperaron los administradores universitarios, los sindicatos universitarios, la construcción de edificios universitarios, los proveedores de instalaciones, equipos y materiales universitarios, las agencias de viajes universitarios y los deportes universitarios, pero no la educación superior.
Según Pablo Latapí (Análisis de un sexenio de educación enMéxico, 1970-1976, Editorial Nueva Imagen, 1980, p. 179): “El fuerte aumento de recursos [a la educación superior] y la expansión consecuente no se vieron precedidos por medidas que los prepararan. Ni las instituciones ni el sistema contaban con los planes, programas, personal calificado y estructuras administrativas para soportar esa expansión. Podría decirse que los recursos adicionales produjeron‘más de lo mismo’, cuando no serios deterioros por una masificación imprevista. La actitud reconciliatoria del gobierno le impidió sujetar sus subsidios a condiciones de excelencia académica o de eficiencia administrativa. Así se desperdició una oportunidad excepcional de mejoramiento e innovación [...] Dos efectos negativos de la expansión impreparada fueron el descenso en la eficiencia terminal[el porcentaje de los estudiantes que terminan sus estudios] y el deterioro de la calidad académica.”
La protesta del 68 empezó contra los abusos de la policía. No exigía tanto mejorar la vida universitaria como la vida nacional, especialmente la situación de los mexicanos más pobres, bandera que tomaron demagógicamente los presidentes Echeverría y López Portillo. Sin embargo, el gasto público delos llamados presidentes populistas produjo universidades millonarias y menor nutrición, como puede verse en el cuadro adjunto.
Todavía en el año 2009, según el Tercer Informe de Gobierno de Felipe Calderón, el gasto federal dedicado a la educación superior (unos 2.7 millones de alumnos) fue de $103,762 millones, de los cuales $21,360 millones fueron para la unam. Y el dedicado a la poblaciónindígena (unos 10 millones de habitantes) fue de $38,103 millones. O sea que, proporcionalmente, la población indígena recibió diez veces menos que la población de estudiantes universitarios. Una sola institución (la unam) recibió más ayuda federal que cinco millones de indígenas.
La unam es ahora un monstruo burocrático. Tiene más presupuesto y personal administrativo (unas 27,000...
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