analisis
1949, Clément Mathieu, un profesor de música fracasado, es contratado como vigilante en un internado de reeducación de menores. El centro está regido por estrictas yrepresivas reglas educativas, y su director, Rachin, se esfuerza por aplicar sin éxito el principio de “acción/reacción” para castigar a esos difíciles niños. Disconforme con esos métodos y compadecido conunos niños que sólo tienen el problema de la falta de afecto, Clément ideará la creación de un coro como manera para acercarse a ellos y ayudarles a encauzar su fuerza y rebeldía hacia unas actividadesque transformarán sus vidas para siempre. Pero la tarea no será fácil, y precisará una dosis de paciencia y fortaleza, e incluso renunciar a lo más personal.
Comienza la película con una especiede prólogo en el que dos personajes se reencuentran después de más de cincuenta años. Son dos de aquellos niños traviesos a los que un buen hombre un día les dio una oportunidad que cambiaría susvidas: son Pierre Morhange –ahora un prestigioso director de música– y Pépinot, recordarán aquellos tiempos del internado, con una mirada llena de cariño a su amigo Mathieu, cuyo diario tienen ahoraentre las manos.
Situada en los años 40, cuando los métodos educativos y las teorías psicopedagógicas no eran muy humanizadoras, y donde las clases eran más una escuela para la vida que un lugar deinstrucción; nos recrea un ambiente verosímil y permite transportase a otra época con una sonrisa en los labios por la sencillez de esas escuelas de posguerra No se trata de un sentimiento sostenidopor unas notas musicales muy bien interpretadas por el coro de Saint-Marc son dignas de elogio, sino que poco a poco ha ido perfilando unos personajes con su rebeldía, orgullo, inocencia, sufrimiento,soledad, sencillez... allí donde un músico fracasado –que no una persona fracasada- no encuentra más que personas que necesitan cariño y no reprimendas. Es cierto que se caricaturiza la figura...
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