Andrea2

Jamás esperó enamorarse tan profundamente. Pedir con ansias verlo, pedir con ansias sentirlo. Su corazón latía rápidamente con solo sentir su respiración azotarle el rostro. El suspiro de la soledad fue consumado sólo por él…por supuesto, él era su única familia.
-Harvey…- Sus palabras fueron suaves y salieron por inercia de su boca. Sintió ese cosquilleo en sus labios, esos escalofríos por suespalda.
-¿Qué pasa?- Él preguntó mientras giraba su rostro para encararla.
-¿Has estado tan perdidamente enamorado por una persona, que pudiste hacer cualquier cosa solo por verla feliz?- El corazón de Michelle sintió un toque de esperanza, mientras veía el rostro de Harvey tornarse pensativo.
-Ahora que lo preguntas,- se detuvo y miró al cielo. –hay alguien-. Los ojos de ella se abrieron depar en par, con el suspenso de saber quién es esa mujer quien lo ha cautivado.
-¿A…alguien?- No pudo evitar el titubear. –Dime, ¿cómo es?- Se atrevió a cuestionar.
-Bueno,- él soltó una risa un poco cansada. –posee unos labios muy lindos; rojos y un poco gruesos. No la consideraría alta, me llega al hombro, su cabello; negro azabache. Sus ojos, los cuales destellan un precioso azul, son los máshermosos que he visto. Es una persona amable, y linda. Todo lo que un hombre pudiera desear-.
El corazón de Michelle se retorció en dolor, y trató de hacer una sonrisa, cuando en realidad, lo único que sus labios pudieron formar fue una mueca decepcionada. Estaba tan distraída en sus celos, que no se dio cuenta que él la estaba describiendo.
-Vaya, debe ser muy hermosa. Una mujer perfecta-.-Claro que lo es-. Permanecieron en silencio, Michelle no encontraba las palabras, ni siquiera podía fingirlas. El dolor en su pecho la traicionaría, como solía hacerlo. -¿Qué hay de ti?-
-¿Yo?- Levantó una ceja confundida. –Por favor, ¿eres ciego?- Señaló su ropaje y su rostro con sus manos. –Mírame-. Hubo un silencio, hasta que la voz de Harvey invadió el lugar.
-Lo estoy haciendo-. El calor subióa sus mejillas, y un rosado rojizo invadió sus orejas rápidamente. Su mandíbula se abrió levemente y su estómago se volcó salvajemente.
-Es tarde-. Ella dijo mientras miraba su reloj sólo queriendo cambiar de tema. –Debería irme-. Se levantó y comenzó a caminar, pero sintió una mano tomar su brazo en un fuerte agarre.
-¿Puedo acompañarte?- La pregunta la tomó por sorpresa, pero prefirió borrarde su rostro cualquier expresión y sólo atinó a asentir silenciosamente.
El camino a la casa de Michelle fue silencioso e incómodo. Harvey conducía mientras ella simplemente miraba por la ventana. Había empezado a llover y le encantaba ver el agua cayendo gota por gota. Sus piernas temblaban tranquilamente y su corazón latía rápidamente. Como le molestaba tener esa clase de reacción sólo con lapresencia de él.
Sin darse cuenta, ya habían llegado. Movió la cabeza y pudo verlo, con sus ojos cerrados y sus manos inquietas en sus piernas.
-Gracias por traerme-. Michelle dijo fingiendo una sonrisa.
-De nada-. Harvey contestó y simplemente escuchó el sonido de la puerta abrirse, para que después, el auto rebotara por la reciente falta de otro cuerpo. La vio caminar hacia su hogar, tratandoinútilmente de cubrirse de la lluvia con sus manos, él suspiró y encendió nuevamente su Mercedes negro, pisando decepcionadamente el acelerador.
Michelle corrió a su cuarto, mientras pequeñas lágrimas se generaban en las esquinas de sus ojos y un nudo en la garganta le quitaba el aliento. Se acostó bruscamente en su cama, abrazando una almohada y dejándose llevar por las emociones que estabasintiendo en ese instante. Todo era tan confuso, tan…tan molesto.
Con el alma destrozada, se levantó y pudo ver su reflejo en el espejo de su cuarto. Se miró atentamente, de pies a cabeza, preguntándose por qué no podría conseguir su amor. Tocó temblorosamente su cabello negro como la noche, con la yema de su dedo índice, delineó con cuidado sus labios carmesí y cerró sus ojos azules, presa de la...