Anecdotas
ESCLAVOS DE JESUS
Hace años, cuando un misionero, T.E. Wilson, estaba
hablando a nativos en Angola, le saltó a la vista en suaudiencia un hombre alto y corpulento que tenía junto a sí
a un muchacho muy atemorizado y tembloroso. Cada vez
que el hombre se movía, el muchachoretrocedía con terror.
Al finalizar el servicio, el predicador se enteró de que se
trataba de un amo cruel con su esclavo. Inmediatamente
empezó a realizarlos trámites para comprar al muchacho.
El dueño le puso un precio muy alto, y finalmente lo vendió
cuando estuvo satisfecho con las condiciones.Cuando el cristiano se dirigía a casa con su compra, se
dio cuenta de que el esclavo estaba tan atemorizado de él
como lo estaba de su dueño anterior.Así que al llegar a
casa, se sentó con el muchacho y le dijo, «Hijo, hoy te he
comprado, y ahora me perteneces. Sin embargo, de hoy en
adelanteeres libre y puedes hacer lo que tú quieras. Puedes
regresar a la jungla y vivir allí con tu gente, o puedes
quedarte en mi casa y ser un miembro demi familia».
Cuando el muchacho se dio cuenta de que el misionero
era sincero en lo que decía, le miró con lágrimas en los
ojos y dijo: «Sr. Wilson,yo seré su esclavo para siempre».
¿Qué otra respuesta razonable hubiera podido dar? Y
por la misma razón, debemos decir, «Señor Jesús, seré tuesclavo para siempre. Mis manos, mis pies, mi voz y mi
intelecto te pertenecen. Tú derramaste tu sangre y moriste
por mí; por tanto yo viviré para ti».
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