Angel Gonzalez Garcia

XIV. SURREALISMO

Aunqu e la fundaci6n o fi c ial del surrealismo n o se produce hasta
1924, afio en que B reto n rcdacta su P rilner Manijiesto, se publica el primer num ero de La Re voluci6n S urrealist a y sc c rea I a Oficina de Investi gaciones Surrealistas, cl o ri ge n delmovimiento podrfa hacerse remontar a 1 92 1. Fu c cnt on ces, m i c ntras I a facci6n dadafsta deParfs comenzaba a descomponcrsc co n motivo de l as diferencias surgidas en el «proceso» contra Maur i ce Ba n·cs, cu anclo Breton conoci6 a Freud y se clifundi 6 entre s u s am i gos c l intcrcs por l os s uefios. Los aconte­ cimientos se precipitarfan a l o l a rgo de 1 922 y 1923, fecha de !a rup­ tura entre Trista n Tza ra y l os futuros surrca li stas, cu yas experiencias en clcampo del au/ O IIIalismo psiqu.ico se habfan desarrollado hasta el cxtremo de qu e en cl Primer Manijiesto del Surrealismo (f irmado por Aragon , Baron, BoiiTard, B reton, Ca rrive, Creve!, Delteil , Desnos, Eluard , Gerard, Li mbour, Malkinc, Morise, Naville, Noll, Peret, Picon, Soupault y Vitrac) se l c dclinc en estos terminos: «Automatismo psfquico puro por cuyo mccliosc intcnl a ex presar tanto verbalmente como por
cscrito ode c u a l quicr otro m odo el funcionamiento real del pensamiento. Dictado de l pcnsa mi c nto, con exclusi6n de todo control ejercido por J a raz6n y a l margen de c u a lqui er preocupaci6n estetica o mora l ».
El surrea.lismo era tod avfa un grupo de escritores que pretendf a n ver­ tcbrar elnucvo l cn g uajc poctico de !ageneraci6n de Apol lin a irc y J a crftica intra ns i gentc de Dada ala praxis artfstica trad icion a l en el a mbito de !a pura ef a bilidad inco nsci ente, recupe rand o asf I a producci6n litc­ raria, ideo l6gica y ar tf s ti ca de una larga serie de « prec ursores» rom a n­ ticos y simboli stas, sobrc todo, entre los cua l es cabe destacar, co mo d i o­ scs mayores del «o limpo» surreali sta, a Sade, Rimbaud, J a rry, Vac h e y R. Roussel. El surrealisnw qu eda ba abierto, sin e mbargo, a los artistas

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phisticos, y de hecho, aunque no llegaran a finnar el manifiesto de 1924, Max Ernst, Masson y Miro pertenecfan ya a! grupo. Nada tiene, pues, de extraiio el que Breton iniciaraI
Surrealismo y la Pintura, publicado en 1928, ni el que junto a las tec­nicas, colectivas o individuales, de escritura automatica se pusiera luego de moda entre los surrealistas esa azarosa produccion de imagenes que se conoce con el nombre de cadaveres exquisitos.
En 1925 lves Tanguy se incorpora rfa al surreali s mo -que celebro
ahora su primera exposi cion, en Ia Ga!erfa Pierre de Paris-, pero el concepto de pintura surrealista, manejado par Breton y s u scontertulios, adolecfa de la suficiente vaguedad como para que les pudiese ser apli­ cado, indi stintam ente, a De Chirico, Kandinsky, Duchamp, Picasso y Man Ray; o como para que tambien la nueva pintura de vanguardia pudiera reconciliarse con I a pintura «fa ntastica» tradicion al.
En 19 26 el proceso de incorporacion a!surrealismo del ala mas radi­
cal de Ia va nguardia francesa severia contrapesado con l as prim eras cri­
sis internas y el inicio d e un a seri e d e expulsiones y autoexclusiones
-casi si empre viol entas, y s u scitadas muy a menudo pa r Ia ortodoxia des potica de Breto n-, c uya prolongacion constituy e, n o s6lo el as pecto m as sobresa li ente d e I a hi sto ri a d e este movimiento, sino inc!u sa su pro­ pi a identidad id eol 6gi ca. El factorclesencade n ante d e es ta perpetu a cri­ si s fue, sin ducla, I a discusion en torno a! compromi se politi co del surrea­ lismo, qu e acabarfa enfrentandose con el Partido Co muni s ta Fra nces tras co mpli cad as peripecia s, en las cuales el grupo ori g in a l qucdo ro to para vol vcr a orga ni za rse un a y otra vez seg un c riteri os ca mbi a ntes. Si gni­ fi ca tiv a mcnte, el tftulo...