Angela Vicario

Yo soy Ángela Vicario…

Yo soy Ángela Vicario, y fuí la causante de la muerte de Santiago Nasar. Soy la menor de la familia Vicario, una familia de escasos recursos. Mi madre, Purísima del Carmen, nos educó para casarnos, hacer feliz al hombre y sufrir en el proceso. Aprendí a bordar con bastidor, coser a máquina, tejer encaje de bollo, lavar, planchar, hacer flores artificiales y dulces defantasía, y redactar esquelas de compromiso. A diferencia de las otras muchachas de mi época, soy diestra en la ciencia antigua de velar los enfermos, confortar a los moribundos y amortajar muertos. Pero el diferir con dicho estilo de vida es lo que me distingue de mi madre y mis hermanas. Tengo un humor feminista, no pienso someterme al machismo que se inhala en esta época, en este pueblo. Encuanto a los hombres, soy recatada; no ando mendigando la atención de ninguno. Dicen que tengo un aire desamparado y una pobreza de espíritu, cosa que me aseguraba un destino incierto.
Fui obligada por toda mi familia a contraer matrimonio con Bayardo San Román, aun cuando insistí en la existente falta de amor por mi parte para dar un paso como ese. A pesar de mis esfuerzos, luego de cuatro mesesde noviazgo, me convertí en su esposa. Fue en ese entonces cuando ocurrió mi desdicha. Al llegar a nuestra luna de miel en la casa del viudo de Xius, casa que Bayardo había logrado comprar para complacerme, mi marido se dio cuenta que no era virgen. Rápidamente, me devolvió a casa de mis padres, por dos horas soporté los golpes de mi madre; me sostenía el pelo con una mano y me golpeaba con laotra con tanta rabia que hasta llegué a pensar que me iba a matar. Cuando llegaron mis hermanos a la escena ya había terminado de llorar, ya no estaba asustada, sentí que por fin me había quitado de encima la condena de la muerte; lo único que quería era que eso terminara rápido para tirarme a dormir. Recuerdo como temblando de rabia me preguntaban insistentemente por el nombre del responsable deaquella vergüenza. Me demoré lo necesario para decir el nombre; busqué en las tinieblas, y encontré su nombre a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles en este mundo (Santiago Nasar), y todo eso para encubrir al verdadero responsable.
Luego de este suceso, no he hecho un misterio de mi desventura, a todo el que pregunta le cuento con todo los pormenores de la misma, conexcepción de aquellos que nunca terminaré de aclarar. Hablo sin pudor de esta desaventura para no plasmar la otra, desde que Bayardo me entregó no podía dejar de pensar en él; estaba en mi vida para siempre desde el momento que me devolvió a mis padres. Me volví loca por él, descubrí que el odio y el amor son pasiones recíprocas. Le escribí cartas de amor por más de diecisiete años, pero nunca recibísu respuesta. Luego de eso, un medio día del mes de agosto regresó con una maleta de ropa en la mano y otra llena de las casi dos mil cartas que yo le había enviado. Fue entonces cuando cambió mi vida…
Ahora bien, como pasaría en cualquier pueblo pequeño, mi desdicha fue objeto de crítica. Todo el mundo tenía su opinión en un asunto que sólo le incumbía a mi persona. Y ni hablar de cuando este“chisme” salió de las cuatro paredes de mi pueblo, cuando un tal Gabriel García Márquez decidió hacer de este suceso una novela veintisiete años después. Como si no fuera suficiente para mí tener que escuchar generación tras generación a la gente de mi pueblo hablar de mi virginidad y de la muerte de Santiago Nasar, ahora también personas de yo no sé dónde opinaban sobre mi vida y mis decisiones.Así lo publicó un anónimo de un lugar incierto: “El pobre Santiago Nasar, cabeza de turco que propuso Ángela ante la inquietante pregunta de sus hermanos, de quién le había pegado.” (1997). También existen aquellos que dicen que mi amor y el de Bayardo San Román fue el causante de la muerte del “pobre Santiago”, como si hubiera sido tan santo:




Sin embargo, otros metiches respaldan mi...