Animales
En primer lugar, parece obligado en la actualidad
llevar a cabo una advertencia previa en este epígrafe:
de lo que a continuación se va a tratar en modo
alguno es “políticamente correcto”. Pero como “la
política” no es lo primero en el hombre, y dado que
su “corrección” no está actualmente garantizada, es
pertinente ser un poco “inconformes” con lo políticamenteestablecido, aunque solo sea por el intento
de formular una propuesta de mayor calado que
cualquier oferta política en orden a descubrir la verdad.
Por tanto, lo que seguidamente se formula,
como propuesta que es, es de libre aceptación y,
desde luego, está abierto a ser contrastado con ulteriores
averiguaciones.
Realizada esta advertencia, hay que aludir seguidamente
al tópico habitualque defiende la “igualdad”
entre el varón y la mujer. Si el vocablo "igualdad"
se usa para explicar algo así como que ambos
son personas y que, por serlo, son dignas y deben
tener las mismas oportunidades políticas, sociales,
laborales, etc., no hay ningún inconveniente en su
empleo. Es más, todavía queda mucho que trabajar
en esa dirección. Sin embargo, tomado en rigor, es
pertinentereparar en que la “igualdad” no es real,
sino exclusivamente mental. En efecto, ninguna realidad
es igual a otra ni puede serlo. En cambio, todo
“A” pensado es igual a todo otro “A” pensado, sencillamente
porque es el mismo “A” pensado, solo que
pensado dos veces. Pues bien, si lo real no es igual,
a la fuerza es distinto; y si lo es, necesariamente es
jerárquicamente distinto. De modo quehablar de
“igualdad” entre el varón y la mujer es, simplemen-
36 Por eso, las autoridades de un país que intentan controlar de múltiples
modos tanto la familia como la educación saben lo que buscan: disolver
la vinculación humana. Sin ella no hay fuerza social. Si el poder político,
en cambio, es relativamente fuerte y cuenta con poderosos medios de
comunicación, tiene asegurada la permanencia.10 UNICO 6/28/07 7:43 PM Page 145
Juan Fernando Sellés
146 Universidad de La Sabana, Facultad de Educación
te, una abstracción mental. Así para no incurrir en
confusiones entre lo mental y lo real, lo mejor es
intentar descubrir cómo es lo distinto realmente, que,
en lo creado, no parece ser sino según jerarquía.
Tomemos, pues, en consideración, en este epígrafe,
la distinción y jerarquíaen la dualidad
varón–mujer, tanto en lo que atañe a su naturaleza y
esencia como en lo que respecta a los hábitos innatos.
Luego, en el siguiente epígrafe, pasaremos a
esbozar la dualidad educativa de ambos. Por lo
demás, carece de sentido preguntar por la distinción
jerárquica a nivel de acto de ser personal entre varón
y mujer, porque a nivel personal –como se ha dicho–
no cabe hablar de“persona masculina” o de “persona
femenina”, sencillamente porque todas son distintas.
Además, si lo son, serán jerárquicamente distintas,
y ello entre mujeres y varones. Ahora bien, sólo
Dios conoce la jerarquía entre las personas, pues sólo
él conoce enteramente la intimidad personal de cada
quien37. Además, esa jerarquía no está detenida (detenido
en el hombre solo es el conocimientoabstractivo),
sino susceptible de crecimiento y elevación38.
De todos es conocido que entre el varón y la
mujer median distinciones corpóreas y psíquicas
abundantes. A las primeras las hemos llamado naturaleza;
a las segundas, esencia. No obstante, no se
suele reparar en la distinción entre varón y mujer a
nivel de los hábitos innatos. De manera que procederemos,
en primer lugar, a recordarlas diferencias
entre ambos en el plano de la naturaleza (subtítulo
a); luego, pasaremos a repasar sucintamente las distinciones
entre ambos en la esencia (subtítulo b), y,
en tercer lugar, intentaremos indagar acerca de la
distinción que media entre ambos en lo que respecta
a la disposición natural de hábitos innatos (subtítulo
c).
a) La distinción varón–mujer en la naturaleza
humana....
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