Anochecer

Anochecer

Anne
Era la tercera vez esta semana. De nuevo me encontraba implorando perdón. Debía dejar de decir lo primero que pensaba, tomando en cuenta que si estaba molesta los pensamientos no eran muy agradables.
* En verdad, lo siento no quise decir…
* Deja ya de disculparte ¿Quieres? estaré mejor.
* Pero Rob…
* Déjame ¿si?
* No te dejare hasta que aceptes mis disculpas…* Anne, ya- dijo Rob parándose en seco, incluso en la oscuridad podía ver su cara de cansancio-. No intentes arreglarlo. Se acabo.
Las lágrimas se aproximaban y no pensaba dejarlas salir. Me di la vuelta, tratando de ocultar mi cara y empecé a caminar. Aquel había sido un golpe bajo, sus últimas palabras antes de botarme por completo. Rechine los dientes intentado controlar las lágrimas, queamenazaban por salir, él no me vería llorar. Robert me alcanzo al doblar la esquina, me tomo de el brazo y me hizo voltear.
* Ahora sé lo que es decir algo sin querer.
No respondí, esperaba una disculpa. Siempre era lo mismo a la hora de nuestras peleas, casi siempre provocadas por mi falta de tacto al hablar. Al final él era el que se disculpaba. Pero esta vez había escarbado en mí ya adoloridaherida.
Su mano tomo la mía, casi al mismo tiempo en el que el olor inundo la calle, Robert se quedo quieto intentando distinguir de donde provenía el olor.
* ¿Hueles eso?
Intente concentrarme en el olor, una mezcla de algo en putrefacción y caramelo. Rob apretó mi mano con más fuerza y empezó a jalarme hacia atrás, mientras el olor se intensificaba a nuestro alrededor.
* Una buena noche paracazar ¿verdad Annette?- su voz era tan dulce como el olor a caramelo que lo acompañaba. Di un respingo al escuchar mi nombre completo. Nadie me llamaba así desde que mi madre había muerto.- O para hacer crecer a mi pequeña familia.
* ¿Qué quiere?- pregunto Rob poniéndose ligeramente frente a mí.
* He buscado durante años una mente como la tuya hechicera. Capaz de matar o revivir personas. Yal fin tengo a la profecía viviente frente a mí. Tras dieciséis años de una vida mortal, hoy te convertirás en leyenda. Y conmigo a tu lado serás imparable.
No entendía lo que pasaba, o lo que decía. Yo no era ninguna leyenda y mucho menos una profecía. Me dedique a mirarle atentamente, todo el parecía fuera de la época. La ropa tenía holanes en el cuello y mangas. Solo llevaba un chaleco rojoencima de la camisa, a desacuerdo llevaba jeans e iba descalzo. Toda su ropa estaba sucia, la camisa estaba un poco podrida de las mangas y llena de tierra. En cambio su cara pudo haber sido la de un ángel. Su cabello era rubio y peinado hacia atrás, sus ojos eran casi blancos, se podían ver azules en el borde y plateados casi al centro, resplandecían en la oscuridad.
* ¿Qué quiere?- repitió Robsin aliento.
* Es obvio.- tomo a Robert por el cuello y lo aventó, su cuerpo choco contra la pared dejándolo inconsciente durante unos segundos.
* ROBERT- grite y gire el cuello en un intento de ayudarlo. El vampiro me tomo de la cintura, me atrajo hacia si y me mordió. Por un momento solo sentí el dolor inundándome, dejándome sin aire. Solo sus brazos me mantenían de pie. Trate de aspirarpor la boca y lo logre. El me soltó al ver que seguía “viva”, haciéndome caer. Parecía que el aire no llegaba lo suficiente rápido a mis pulmones.
Robert corrió hacia mí mientras el vampiro se perdía en la oscuridad; me levanto con facilidad, la sorpresa se mezclo con una mirada de resolución al recorrer mi rostro. Me llevaría a un lugar seguro.
Caí en la inconsciencia, no sentía dolor solocansancio.

Sentí que me levantaban del suelo, quise gritar que me soltaran, patalear, dar pelea pero lo único que pude soltar fue un ligero gemido.
-Tranquila, ya se fue. – suspire al escuchar la familiar voz de Rob, sabía que él me mantendría a salvo.
No tuve conciencia de cuánto tiempo camino hasta llegar a su departamento que era el más cercano, ni en que momento abrió la puerta solo sentí como...