anonimus


Capítulo 1

El clima era muy frío para ser verano, una extraña y espesa niebla cubría gran parte de la calle dificultando la vista a larga distancia de los otros edificios. Nunca había estado fuera de la sede de mi facción, bueno, lo que hace tres años se consideraba una facción; gran parte de nuestra ahora mejor regida ciudad está habitada tanto por personas de otras ciudades como de losque vivimos aquí siempre.
Todo lo que tenemos y podemos hacer ahora se logró gracias a la destrucción de ellas, pero todo el plan requiere de un líder, en este caso fueron más y la mayoría considerada menores de edad. Muy pocos los conocieron, en lo que a mí respecta solo conocí sus nombres.
La parte trasera de la camioneta en la que voy está repleta de suministros para repartir a los que ahoraviven en el antiguo sector de abnegación, es extraño pasar por ahí y no recordar como lucía antes: las casas pintadas de gris y con la misma decoración, los jardines sin ningún rastro de vida y el orden. Todo parecía tan aburrido.
Cuando tenía dieciséis años, pensé en cambiar de facción, así que mi mente evaluaba las situaciones en cada una. En Verdad, no puedes mentir nunca, y hay situaciones enlas que se necesita hacerlo; los Eruditos son demasiado egocéntricos y altaneros con respecto a lo que saben; en Osadía tenías que ser avezado y superar tus miedos, y por último Abnegación nunca fue una buena elección¡¿Dedicarse primero a los demás y casi nunca pensar en ti?! No, nunca podría. Así que me quedé en Cordialidad, viendo como pasaba mi vida desde los dieciséis hasta los actualesveintiuno. En base a eso me ofrecí como ayudante en la distribución.
Bajo entre las primeras cuadras, llevo un paquete y me dirijo hacia una casa muy pequeña que aún conserva el estilo abnegado y sigo con la repartición.

_ . _

Después de terminar de repartir todavía en la camioneta, voy al departamento en el cual me hospedo, es un edificio no muy alto, de cinco pisos de hecho y en elviven dos de Osadía, uno de Erudición y otro de Boston. Mi departamento queda en el piso más alto, lo que me favorece con la vista. En una de las paredes hay una puerta de cristal que da pase a un balcón rodeado por una serie de barandas horizontales, en una esquina yace una escalera que conecta el balcón con la azotea, en la que he creado una especie de invernadero con paredes de cristal y unaabertura en el centro del techo que permite el ingreso de unos cuantos rayos de sol.
Cada vez que entro ahí, el brillo me ciega y la belleza me empalaga. Antes, para calmar mi interior usaba el suero de la paz, pero ahora que no tengo acceso a él uso el invernadero, incluso si requiero una “terapia” aún mayor me acuesto en la tumbona amarilla que está cerca de los tulipanes y permanezco ahí toda lanoche.
El único problema del edificio es una de las de Osadía, porque tiene el síndrome de recordar a sus facciones, no solo estuvo en Osadía, sino que nació en Verdad y a veces es un poco irritante.
La última vez que hablé con ella, si se podría decir hablar, fue la semana pasada cuando estaba regando en el invernadero, no me percaté que uno de los maceteros tenía un agujero en el fondo. Toda elagua comenzó a caer a la calle. La Osada salía del edificio y le cayó un poco de agua. Pero eso no se quedó ahí, subió hecha una furia, tocó mi puerta de tal modo que creí que se rompería. Al abrir la puerta, la vi con mayor detenimiento. Una muchacha alta, de tez oscura, ojos oscuros y cabello largo que tenía recogido en una cola de caballo detrás de su cabeza. Usaba una blusa blanca cuyostirantes le rodeaban el cuello, dejando sus hombros al descubierto. Un par de jeans negros y zapatos de tela. Tenía una mirada cautelosa, como si estuviera examinando mi postura encorvada, mis manos temblorosas y si mira más dentro como me hago trizas las paredes de mis mejillas con los dientes.
¿Facción? - me espeta de brazos cruzados, me mira fijamente. Nunca le sostuve la mirada a nadie, así que...