anorexia
“Las delgadas son hermosas”.
“Las delgadas consiguen lo que quieren”.
“Las delgadas tienen aun montón de chicos detrás”.
“Las delgadas son bonitas”.
“Ew, estás pasadita de peso”.
“Si fueras más delgada, serías más bonita.”
“Gorda”.
Lo peor de todo, es que la gente no sabe lo que unas simples palabras pueden dañar, lo que pueden lograr. Puede tomarte un minuto de tu tiempo llamarla “gorda”, pero a ella le tomará horas superarlo.
Las palabras dañan, mucho.
Haces lo que puedes,buscas en todos lados maneras para adelgazar, pero no consigues nada, sigues viendo a la misma cerda de siempre en aquel espejo, que ahora se ha convertido en tu enemigo. Hasta que ves una solución. No comer. La comida y el espejo, ahora, son tus nuevos enemigos. Lo único que la comida consigue es dañarte, hacerte más vulnerable de lo que eres. Por eso decides alejarte de ella, quieres eliminar esagrasa que se interpone con un cuerpo perfecto, y poco a poco te vas acercando a tu meta, a tu, al parecer inalcanzable meta.
Pero ahí está, aún la comida es una tentación, ¿y si como un poquito de esa hamburguesa?
“No puedes, llevas más de dos semanas sin comer tanta grasa, lo único que vas a conseguir es ponerte como la cerda que eras antes.”.
Y ahí está esa voz, esa voz que siempre tiene larazón.
Decides comértela, no sólo por la tentación, si no porque tus padres se comienzan a dar cuenta, das un mordisco, “No sirves para nada, no tienes fuerza de voluntad”. Ignoras a la voz, das otro y otro, y te la acabas, todo el plato está vacío. Hace mucho que no sentías el estómago tan lleno. La culpa inunda tu interior.
“Arruinaste todo. Nadie te va a querer. Gorda, me provocas asco”. Laslágrimas escapan de tus ojos, te vas corriendo hacia tu habitación. Tal vez aquella voz siempre tuvo razón, ella sabe lo que dice. Debiste hacerle caso.
Estás en el baño, observándote, es como si mientras menos comieras, más gorda te ves.
Y esa voz… la detestas. Volteas, ves el WC.
“Toda esa grasa se podría ir por el inodoro. Sólo vomita”.
Vomitar es lo que más odias en la vida, pero ella tienerazón, siempre la tiene. Debes hacer lo que ella dice.
Metes el dedo con cuidado entre tu garganta y te purgas… va saliendo todo ese veneno que entró a tu cuerpo, te duele, sientes los ácidos pasando por tu garganta. Arde. Y tu garganta provoca sonidos, demasiado ruidosos.
Te sientes mejor, pero tienes que tener más cuidado.
Esa voz te controla, controla tus pensamientos y tus acciones. La básculamuestra un número menor cada día, eso te hace sentir bien. Pero no te sientes como la princesa que quieres ser. Pensaste que al pesar cuarenta kilos te verías delgada, hermosa. Pero no te ves así, te sigues viendo como la misma cerda de siempre.
Pero al menos los comentarios de la gente te alegran.
“Oye, adelgazaste muchísimo”.
“Hasta te pusiste más bonita, ¿cómo le hiciste?”
“Mira que hermosate ves”.
“Estás tan delgada”.
¿Cómo es que ellos sí pueden ver lo que yo no veo en mí? A la delgada yo.
Tu próxima meta son treinta y cinco kilos, tal vez en ese entonces, seas más bonita y delgada, como quieres estar.
Y ese es tu ciclo, no comer, no poder con la tentación, darte atracones, sentirte culpable, vomitar.
Treinta y siete kilos, las ojeras comienzan a aparecer en ti, tu piel estan pálida como la nieve, tu cabello se opaca, te comienza a salir un delgado vello por todo tu cuerpo, los dientes se ponen de un tono amarillo, el brillo en tus ojos se desvanece, así como cualquier rastro de felicidad.
“Pero ya casi llegas a tu meta, no puedes detenerte”. Y es cierto, sólo me faltan dos kilos.
Cuando menos te das cuenta, llegaste a pesar treinta y dos kilos, y sigues...
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