Ante los dasíos del tránsito de época: una iglesai para vivir
Una Iglesia para vivir.
Estamos en una ocasión para el cristianismo con vocación de movimiento
mesiánico, como fue el movimiento de Jesús. Una ocasión difícil y dura, como ha
quedado entrevisto en las mismas denuncias de la nueva sensibilidad religiosa.
JM. Mardones .
Carlos Castillo M., Pbro.
En estas líneas quisieraexpresar lo que siento como cristiano y como sacerdote acerca de lo que ha de ir siendo nuestra Iglesia católica en los tiempos que vienen. Es una reflexión teniendo en cuenta la experiencia personal y muchas lecturas y reflexiones de otros. No es un intento acabado. Mas bien es punto de partida para conversar y reflexionar mas a fondo. Si me asiste la convicción de que estamos en un momento muysimilar al que vivió nuestro señor Jesús de Nazaret, así que intento ayudarme de la luz de su entrega en medio de su tiempo.
La Iglesia esta desafiada por un mundo que ha ido alcanzando niveles extremos de autonomía. La llamada modernización nos presenta este mundo como basado en si mismo, e incluso osa afirmar que no requiere de principio ninguno, a diferencia de las justificacionesracionalistas de la primera modernidad .
Este mundo así autónomo ha generalizado para todos los ámbitos de la vida la experiencia de la crisis, no porque las realidades carezcan de consistencia propia sino porque la arbitrariedad implantada como principio las va desnaturalizando, recomponiendo y diseminando. Cinco crisis son en ese sentido las más importantes. La crisis económica, la crisis ecológica,la crisis de las subjetividad, la crisis cultural y la crisis religiosa. Cinco crisis que nos desafían como Iglesia porque tocan directamente a los seres humanos a quienes nos dirigimos.
I. Desafíos de nuestro mundo global
La crisis económica.
La crisis económica se ha plantado como realidad permanente, y ello presupone que cada ser humano está para arreglárselas como puede, sin amparoni defensa, en un juego libre que es preciso generalizar para que el sistema resulte . Desde luego que esto es importante y cuestiona el mundo burocrático de paternalismo estatal. Pero a su vez, abre el problema grave de la desventaja de los débiles en la competencia respecto de los fuertes. Eso que se ha dado en llamar “exclusión” se acerca bastante a lo hoy sucede con los millones de pobres queno tendrán acceso a las posibilidades del avance tecnológico.
Y este es un primer desafío para la iglesia ya recordado y aceptado por Juan Pablo II en la Centessimus Annus, tomar la posta de quienes mal lideraron a los sectores populares y hacerse la voz de los excluidos abriendo un “basto y fecundo campo de acción y de lucha” .Esta lucha se entiende sobre todo como un intento de abrir unsistema cerrado, y sobre todo abrirlo en el terreno del acceso a la cultura y al conocimiento, que se han ido colocando como los instrumentos indispensables para sobrevivir .
En efecto, la situación económica del mundo esta marcada por una tendencia a la escasez de los recursos , producto de una economía intensiva industrial que generó masivamente medios de vida, pero que ha destruido la calidadde los mismos. De este modo, la demanda de calidad ha crecido, pero esta lejos de ser satisfecha, dado cada vez son menos los productos que la poseen. Para que haya medios de vida no solo suficientes sino adecuados -es decir que no envenenen a la larga- se requiere del concurso de la ciencia, que empieza a ejercer un papel inverso al que ejerció en la fase industrial: depurar en vez de depredar.Esto hace mas cara la vida, porque todo requiere, y cada vez más, de conocimiento. Por ello los pobres, que no pueden acceder al conocimiento para vivir son las principales víctimas, aunque, es verdad, no por explotación sino por simple exclusión.
La Iglesia ha tomado en mano este desafío pero no opone un sistema al actual, sino que basada en las ventanas abiertas por este mismo sistema...
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