antebrazo
Esta cuestión ha sido y es motivo de debate a nivel nacional y supranacional y más aún cuando a la luz de las estadísticas a pesar de su limitado nivel de sensibilidad y especificidad,se ha corroborado que el tema es más un problema real que una simple sospecha.
De todos es sabido que las estimaciones de morbilidad pueden variar según la procedencia de los datos. El análisis deregistros o de encuestas sistemáticas pueden proporcionar resultados extremadamente variados sobre todo si el gradiente biológico es amplio y por otro lado existen diferencias sustanciales entre lamorbilidad real, sentida, diagnosticable y diagnosticada. Así, por ejemplo, mientras que el índice de incidencia de enfermedades profesionales totales notificadas en España fue en 1997 de 0,92 porcada 1000 trabajadores, en ese mismo año y según datos de la III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo 30 de cada 1000 encuestador refirió haber sido diagnosticados o estar en trámites dediagnóstico de alguna enfermedad profesional. Además, y según esta última fuente, 120 de cada mil trabajadores, acudieron al médico, en ese año, por un problema de salud atribuido al trabajo.
Continuando conlas aportaciones de III Encuesta de Condiciones de Trabajo realizada en España (1997), las enfermedades profesionales más prevalentes estuvieron representadas por los procesos osteomusculares. Enesa encuesta se estimó, como se ha indicado anteriormente, que la tasa anual de demanda médica por motivos relacionados con el trabajo fue de un 12%. Pero es aún más relevante conocer algunascaracterísticas de los demandantes de aquellas consultas médicas. Así, la tasa de demanda de consulta médica por razones atribuibles al trabajo fue, según datos de esa encuesta, estadísticamente más frecuenteen aquellos trabajadores que debían mantener posturas dolorosas en su trabajo. Pero además se perfilaron otros factores asociados, de naturaleza muy distinta: el nivel de atención y el ritmo de...
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