Los antecedentes del happening pueden buscarse en el propio S XX, en las famosas «veladas» futuristas y, más aún, en las actividades llevadas a cabo por los dadaístas en el célebre«Cabaret Voltaire» de Zurich, aunque la intención de estas últimas se hallaba muy lejos de los happenings posteriores. Los actos dadaístas eran una provocación y el público reaccionabaal sentirse agredido, ya fuera verbal o físicamente. En las acciones de los años sesenta, la participación del público, en cambio, se establecía con total libertad. No han faltadoautores que han visto una relación importante entre el teatro y el happening, aun cuando existan, como es lógico, aspectos diferenciadores entre una y otra actividad. Existe unaclasificación del happening, efectuada en 1968 por Richard Costéelanetz, que diferencia cuatro tipologías. En primer lugar, los happenings puros, que transcurren según un esquema, pero enlos que el participante tiene completa libertad para hacer lo que desee, y que no se desarrollan en un escenario de teatro, sino que pueden darse en espacios abiertos, lugares públicos(estaciones, parques, plazas, piscinas, o en toda una ciudad) -los happenings de Vostell serían de este tipo-. Considera después los happenings sobre un escenario, en los que losorganizadores están separados de los participantes-espectadores y éstos pueden limitarse a observar -dentro de dicha tipología cabría situar algunas acciones del grupo Gutai. Otratipología serían los happenings sobre escenario sin comunicación a través del lenguaje, en los que los participantes reducen el lenguaje a fragmentos aislados que no intentan establecercomunicación directa. Y, finalmente, distingue los environments cinéticos, planeados de antemano, puesto que se precisa el lugar y se determina la actividad de los participantes.
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