Antigona velez
Me parece oportuno también señalar que se trata de una segunda incursión en el estudio de las relaciones entre la producción narrativa y dramática iberoamericanas y la tradición clásica grecolatina, tras la que tuvo como objetivo analizar la presencia y la funcionalidad del motivo del “Viaje al Averno”en tres novelas de autores de esas latitudes(Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal; Pedro Páramo, de Juan Rulfo, y Cubagua de Enrique Bernardo Núñez). En ambas incursiones, por fin, apelé a la orientación teórica propuesta por Gerard Genette en sus Palimpsestes de 1982 que, como es sabido, reconoce como eje fundamental la noción de transtextualidad.
El estudio de lo que en principio consideraré transposiciones iberoamericanas de laAntígona de Sófocles supone varios problemas de distinta importancia, entre los cuales sobresalen dos: uno es el de la “naturaleza” de lo que Aristóteles denominaba fábula (traducción del término que él en verdad emplea, mito, esto es, historia) y que estaría en el origen de la tragedia sofóclea; sería, pues, su hipotexto probable. Pero, ¿ es en verdad un mito, es decir, una historia sagrada, lo queencontramos en Sófocles? ¿ Es un “tema”, o un “motivo”? El otro problema de importancia no menor es el de la determinación del tipo de relación existente entre las Antígonas iberoamericanas y el texto sofócleo (dejando de lado ahora la relación entre ese texto trágico y aquel relato primigenio al que hice referencia antes). No parece posible pensar en una relación directa entre las transposicionesiberoamericanas y el texto de Sófocles. Lo más atinado resulta, a mi juicio, pensar en una relación mediata sin que, empero, pueda ahora establecerse fácilmente con una precisión siquiera aproximada la serie de mediaciones existente en cada caso.
Dentro del corpus de piezas teatrales del clacisismo grecolatino cuya transformación dió origen a otras aparecidas a lo largo de dos milenios y medio enel marco de la cultura occidental, sobresale sin duda la tragedia de Sófocles a la que me estoy refiriendo, que exhibe una abundantísima progenie, tal como últimamente lo ha mostrado George Steiner a quien, no obstante, cabe reclamarle respetuosa, amablemente, la total omisión de las Antígonas mencionadas en el título de esta exposición, en la que, sin embargo, no es el primero, ni el único, ni...
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