Antolg A De Una Vida De Misterios

I. La rutina de Roberto (19 de Abril 2015):

Eran las seis de la mañana, Roberto ya había preparado anoche todo lo necesario con respecto a su vuelo, había realizado las transacciones correspondientes y había pagado todos los gastos para su viaje de trabajo a Alemania. Ya sabía como era este viaje, lo había hecho muchas veces, por lo que no durmió la noche anterior para poder dormir todo elviaje de corrido, la idea era llegar descansado para poder trabajar sin ninguna clase de restricción. Sabía que tenía que hacer tiempo, no quería dormirse, así que sacó su libreta y empezó a agendar reuniones y viajes de trabajo. En eso estuvo gran parte de la noche, hasta que repentinamente su estomago sonó producto del hambre que empezaba a sentir, se paró rápidamente y horneó unos panecillos conqueso, tomate y orégano; los condimentó y volvió a su escritorio para seguir trabajando. En eso estuvo toda la noche, hasta que observó que el cielo empezaba a aclarar. Era tempano, así que guardó sus cosas y se fue directamente a la ducha, se desvistió, dejó su toalla cerca de la llave para no tener que salir después y mojar el suelo, tomó el jabón y lo puso en la ducha, no había cosa que odiaramás que estar duchándose y recordar que el jabón estuviese en el lavamanos; y una vez estuvo listo prendió la ducha y empezó a juntar agua. Estaba cansado, así que se recostó en la tina y descansó el poco rato disponible del que aun disponía. Se refregó el pelo, se enjuagó el cuerpo y apagó la ducha; luego tomó su toalla que estaba doblada tal como le gustaba y salió del baño con la toallaenrollada en la cintura. Preparó los últimos detalles de su maleta verde y dorado previamente preparada, guardó su cepillo de dientes y todas aquellas cosas que se guardan en un bolso en los últimos momentos. Colgó la toalla, cerró las últimas ventanas y cerró bien su casa, caminó apresuradamente a la calle y tomó un taxi que afortunadamente pasaba por allí en ese preciso momento. Se dirigía alaeropuerto, pero el viaje no fue agradable, había congestión, mucho ruido ambiental y mucha gente, la mezcla perfecta para desagradar a cualquier persona que va a viajar en avión por más de diez horas y no ha dormido nada. Por estas razones anteriores, además el viaje salió muy caro, pero Roberto no se preocupó, esos gastos corrían por cuenta de la empresa para la cual trabajaba. Estaba nervioso yagobiado, pero eso es normal en una persona con su rutina, estaba estresado, pero sabía disimular a la perfección sus estados de ánimo. La vida citadina no ayudaba mucho a disminuir este problema, pero no quedan muchas opciones en la sociedad en la que vivía. Luego de un rato, por fin se bajó del taxi, eran aproximadamente las ocho y media de la mañana, y el viaje era a las diez, así que disponía de untiempo para poder comer algo o descansar. Roberto es una de esas personas precavidas, aquellas que dejan una o dos horas por si es que ocurre algún inconveniente, así que ningún percance podría hacer perder el viaje. Sacó la maleta verde y dorado de la parte trasera del taxi y lo cierra con un golpe fuerte y seco. Estaba extraño, algo pensativo y demacrado, puede ser porque hace tiempo que notenía a nadie, su único amigo Damián había muerto hace unos meses, y desde entonces se sentía más solo que nunca. Caminó hasta la recepción, en donde realizó todos los trámites correspondientes a la confirmación de su pasaje y de su asiento con total normalidad, finalmente dejó su maleta verde con dorado en la cinta corrediza y sacó su bolsito de mano. Mientras tanto su estómago sonó una vez más,vio su reloj de pulsera y comprendió que aún le quedaba cerca de una hora y cuarto, afirmó su bolso de mano y se dirigió a algún puesto de comida que no fuese ni muy caro ni muy lejano al lugar de transbordo de su avión. Se decidió por un pequeño lugar de comida rápida, adoraba los tacos, así que se pidió un de masa blanda con carne molida y lechuga, no muy condimentado, sino podría tener algún...