Antología comentada de campos de castilla

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GUÍA DE LECTURA DE ‘CAMPOS DE CASTILLA’
Antes de adentrarnos en el comentario del libro Campos de Castilla, conviene leer detenidamente el primer poema del mismo libro titulado ‘Retrato’, que nos aclara aspectos de su trayectoria vital y poética. El poema comienza hablando de su infancia en Sevilla, aunque vivió la mayor parte de su vida en Castilla. Esta estancia en Castilla marcótoda su producción poética, especialmente su libro más importante, «Campos de Castilla». A continuación, pasa a contamos su historia: a) El amor. Sin ser un don Juan (Mañara, Bradomín), se enamoró y encontró siempre en las mujeres lo que de ellas pretendía: hospitalidad. Así, a raíz de la muerte de Leonor, escribe estos 4 profundos alejandrinos: Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. Oye otravez, Dios mío, mi corazón clamar. Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar. b) La moral. Aunque su temperamento pueda ser revolucionario (sangre jacobina), es un hombre tranquilo como su propia poesía, y confía en su propia bondad por encima de cualquier doctrina. c) La poética. Aunque participa de la joven poesía de su tiempo, el Modernismo, no seentrega a las sonoridades externas de este movimiento (los afeites de la actualidad cosmética, nuevo gay-trinar), sino que elimina de su producción lo accesorio, lo vacío (los ecos) para centrarse en la palabra en cuanto portadora de su propio sentir (las voces). De ahí que no sepa a qué escuela adscribirse o con qué tipo de sentimiento está más de acuerdo (clásico o romántico), pero sí esconsciente de que su verso es ante todo su propia voz, su propia existencia (famosa por la mano viril que la blandiera) y no la elaboración técnica que el poeta necesita para comunicarlo a los demás (el docto oficio del forjador). Así, dice el poeta en 1917: «Pensaba yo que el elemento poético no era la palabra por su valor fónico, ni el color ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una hondapalpitación del espíritu.» d) La religión. En sus charlas consigo mismo descubre Machado el amor a los demás, aunque su deseo sea traspasar la barrera humana y poder hablar con Dios, anhelo y esencia de todas sus angustias. Sobre la religión, escribe en una carta a Unamuno en 1913:

RETRATO Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud,veinte años en tierras de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, más recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces,una. ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada. Converso con el hombre que siempre va conmigo —quien habla solo espera hablar a Dios un día—; mi soliloquio es plática con ese buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía. Y al cabo, nada os debo; debéismecuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando llegue el día del último vïaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.

«¿Cómo vamos a sacudir el lazo de hierro de la Iglesia que nos...