Antología textos fundamentales S. Freud
LAS NEUROSIS DE DEFENSA
(Un cuento de Navidad)
Hay cuatro tipos y muchas formas. Mi análisis comparativo sólo puede extenderse a la histeria, a la neurosis obsesiva y a una forma de la paranoia. Estas tienen, en efecto, muchos rasgos en común. Son aberraciones patológicas de estados afectivos psíquicos normales: de conflicto (histeria), de autorreproche(neurosis obsesiva), de mortificación (paranoia), de aflicción (amencia alucinatoria aguda). Se diferencian de estos afectos [en su estado normal. T.] porque no llevan a una resolución, sino a un daño permanente del yo. Aparecen en las mismas circunstancias que sus prototipos afectivos, siempre que su determinación incluya otras dos condiciones: que sea de índole sexual y que ocurra antes dehaberse alcanzado la madurez sexual (las condiciones de la sexualidad y del infantilismo). Nada nuevo sé acerca de las condiciones determinantes personales; en general, me inclino a admitir que la herencia es una condición determinante adicional, en la medida en que facilita y exalta el afecto patológico, o sea, que constituye aquella condición que motiva las gradaciones desde lo normal hasta el casoextremo. En cambio, no creo que la herencia determine la elección de una neurosis defensiva en particular.
Existe una tendencia defensiva normal; es decir, una aversión a dirigir la energía psíquica de manera tal que ocasione displacer. Esta tendencia, ligada a las condiciones más fundamentales del funcionalismo psíquico (ley de la constancia), no puede ser dirigida contra las percepciones, dadoque éstas tienen la capacidad de imponerse a la atención (como lo demuestra su carácter consciente); aquélla sólo puede actuar frente a los recuerdos y las representaciones cogitativas. Es innocua cuando se trata de representaciones que fueron alguna vez acompañadas de displacer, pero que ya no son susceptibles de asumir ningún displacer actual (a diferencia del displacer recordado); en tal caso,aquella tendencia también puede ser superada por el interés psíquico [?]. Por el contrario, la tendencia defensiva se torna perniciosa cuando se dirige contra representaciones que, en forma de energía, son capaces de suscitar displacer actual, como es el caso con las representaciones sexuales. He aquí, en efecto, la única posibilidad de que un recuerdo produzca ulteriormente una reacción máspoderosa que la original, debida a la acción de la vivencia real que le corresponde. Sólo una condición debe cumplirse para que ello ocurra: que entre la vivencia y su repetición en el recuerdo se intercale la pubertad, un factor muy intensificante para el efecto de la rememoración. El mecanismo psíquico no parece estar preparado para afrontar esta circunstancia excepcional; de ahí que la inmunidadcontra la neurosis defensiva tenga por condición ineludible el no haber experimentado irritaciones sexuales considerables antes de la pubertad, si bien es cierto que una experiencia de esta especie necesitaría ser intensificada por la disposición hereditaria para que sus consecuencias se exacerbasen en medida suficiente como para tornarse patógenas.
(Cabe apuntar aquí una digresión de esteproblema: ¿cómo ocurre que, bajo análogas condiciones, en lugar de la neurosis se produzca la perversión o la simple inmoralidad?) [*].
Sin duda, nos hallaremos hundidos en los enigmas más profundos de la psicología al preguntarnos sobre el origen del displacer que sería suscitado por la estimulación sexual prematura y sin el cual no podría explicarse la ocurrencia de la represión. La respuesta másdirecta nos dirá que el pudor y la moralidad son las fuerzas represoras, y que la vecindad en la cual la Naturaleza ha colocado los órganos sexuales no puede dejar de despertar repugnancia en el curso de la vivencia sexual. Cuando no existe el pudor (como en el sexo masculino) ni puede constituirse la moral (como en las clases sociales inferiores), cuando la repugnancia está embotada por las...
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