Antolog A
La Llorona
La víspera de la conquista de MéxicoTenochtitlan por Hernán Cortés y su ejército español,
estuvo plagada de presagios que Miguel León Portilla enumera en el libro Visión de los
vencidos. Basado en códices y memorias de ese periodo, Portilla describe a una mujer, a
quien los mexicas llamaron Cihuacóatl (mujer serpiente), que deambulaba entre los templos de la gran capital mexica anunciando una tragedia. "ay mis hijos, ya se acerca la hora de
irnos, ay mis hijos, ¿a dónde os llevaré?".
Sin embargo, fue en el periodo colonial cuando la leyenda de la Llorona cobró la fuerza
necesaria para filtrarse en la idiosincrasia mexicana. Y aunque hay un sinfín de versiones
sobre el origen de su macabro y desgarrador llanto, aquí detallamos la más difundida:
Todas las noches a las once, cuando en la capital de la Nueva España sonaba el toque de
queda, los habitantes se encerraban en sus casas a piedra y lodo. Las calles quedaban
desiertas. Entonces, la oscuridad y el silencio se rasgaban con los largos y dolorosos
lamentos de una mujer. "¡Ay, mis hijos", repetía monótonamente, estremeciendo los
corazones de los más valientes.
Quienes se atrevían a asomarse, alcanzaban a ver la silueta de una mujer vestida de blanco,
que flotaba sobre el empedrado de las calles y se detenía en la Plaza Mayor de la ciudad.
Luego, la fantasmal figura se encaminaba a los rumbos del lago de Texcoco, donde
desaparecía con los primeros rayos del alba.
¿Quién era esta mujer cuyo rostro no se distinguía? ¿Porqué lloraba tan lastimosamente? Se cuenta que hubo una hermosa mujer indígena que se enamoró profundamente de un
caballero español. Éste sentía una gran pasión por ella, pero era muy mal visto que un noble
se relacionara con una indígena, así que mantuvo en secreto sus amores con ella. Nacieron
tres hermosos hijos que la madre adoraba y cuidaba incansablemente.
Al cabo del tiempo, la mujer buscó formalizar su relación con el caballero, quien comenzó a esquivarla. Pronto ella supo que él ya había acordado un conveniente matrimonio con una
adinerada dama española. Humillada por el hombre que tanto amaba, la mujer enloqueció y
ahogó a sus tres hijos en un río. Después se suicidó. Ante las puertas del cielo, se le
preguntó a la mujer por sus pequeños. "No sé dónde están, mi Señor", respondió ella. Así que fue condenada a buscarlos toda la eternidad.
Hay quien afirma que, en su afán por ser aceptada en el cielo, la Llorona asesina y se lleva a
los primogénitos de entre 1 y 5 años de edad para presentarlos a Dios como sus hijos. Por
eso la cercanía de sus lamentos es tan temida por todos.
Otras versiones aseguran que la mujer que llora todas las noches en el laberinto de edificios de la ciudad de México es la Malinche, la mujer de Hernán Cortés, a quien se le acusa de
haber traicionado a su raza por el amor al conquistador.
La Leyenda de la Nahuala
Corría el año de 1807 en la Ciudad de Puebla de los Ángeles, Nueva España, ahora
conocida como Puebla, una ciudad de México. Todos los habitantes habían escuchado su
nombre y por supuesto la leyenda: La Nahuala era muy temida por los poblanos, sin importar
edad ni género.
La historia que relataré es sobre Leo San Juan, un niño de nueve años de edad, muy
inseguro y temeroso, un niño que vivía eternamente asustado por las historias de terror que
su hermano mayor, Nando, le contaba. Los cuentos eran variados, pero ninguno le asustaba
tanto como “La Leyenda de la Nahuala”. En ella se relataba la historia de una vieja casona abandonada en una de las principales calles de su ciudad, según la leyenda la mansión se
encuentra poseída por el espíritu de una malvada bruja conocida como la Nahuala, quien,
según contaban, esperaba el alma de un niño para resucitar y obtener poder absoluto de
todos los habitantes de la ciudad.
Leo jamás se imagino que esta leyenda se convertiría en una terrible realidad… Cierta ...
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