Antologia
Nombre:
Luis Fernando Huesca Bautista.
Grado y grupo:
3° E
N. maestro:
Gabriel Fuentes Cruz
Escuela:
Rosario Castillanos.
Materia:
Español
Trabajo:
Antologia.
ANTOLOGIA
Noveleas y Poemas
Prologo
En esta trabajo encontraremos diversos tipos de novelas algunas muy diferentes de otras y alguna que otra muy parecida, tambien encontraras poemas clasicos los culaesestan llenos de emociones dadas por sus mismos autores como algria felicidad y amor pero tambien habran de tristeza y decepcion los cuales son sentimientos muy comunes en nuestra vida diaria pero gracias a estos podemos tener una vida muy interesante.
La buenaventura
de Pedro Antonio de Alarcon.
I
No sé que día de Agosto del año 1816 llegó a las puertas de la Capitanía General de Granadacierto haraposo y grotesco gitano, de sesenta años de edad, de oficio esquilador y de apellido o sobrenombre "Heredia", caballero en flaquísimo y destartalado burro mohino, cuyos arneses se reducían a una soga atada al pescuezo; y, echado que hubo pie a tierra, dijo con la mayor frescura «que quería ver al Capitán General.»
Excuso añadir que semejante pretensión excitó sucesivamente la resistenciadel centinela, las risas de los ordenanzas y las dudas y vacilaciones de los edecanes antes de llegar a conocimiento del Excelentísimo Sr. D. Eugenio Portocarrero, conde del Montijo, a la sazón Capitán General del antiguo reino de Granada... Pero como aquel prócer era hombre de muy buen humor y tenía muchas noticias de Heredia, célebre por sus chistes, por sus cambalaches y por su amor a loajeno..., con permiso del engañado dueño, dió orden de que dejasen pasar al gitano.
Penetró éste en el despacho de Su Excelencia, dando dos pasos adelante y uno atrás, que era como andaba en las circunstancias graves, y poniéndose de rodillas exclamó:
- ¡Viva María Santísima y viva su merced, que es el amo de toitico el mundo!
- Levántate; déjate de zalamerías, y dime qué se te ofrece... -respondió elConde con aparente sequedad.
Heredia se puso también serio, y dijo con mucho desparpajo:
- Pues, señor, vengo a que se me den los mil reales.
- ¿Qué mil reales?
- Los ofrecidos hace días, en un bando, al que presente las señas de Parrón.
- Pues ¡qué! ¿tú lo conocías?
- No, señor.
- Entonces....
- Pero ya lo conozco.
- ¡Cómo!
- Es muy sencillo. Lo he buscado; lo he visto; traigo lasseñas, y pido mi ganancia.
- ¿Estás seguro de que lo has visto? -exclamó el Capitán General con un interés que se sobrepuso a sus dudas.
El gitano se echó a reír, y respondió:
- ¡Es claro! Su merced dirá: este gitano es como todos, y quiere engañarme. ¡No me perdone Dios si miento!. Ayer ví a Parrón.
- Pero ¿sabes tú la importancia de lo que dices? ¿Sabes que hace tres años que se persigue a esemonstruo, a ese bandido sanguinario, que nadie conoce ni ha podido nunca ver? ¿Sabes que todos los días roba, en distintos puntos de estas sierras, a algunos pasajeros; y después los asesina, pues dice que los muertos no hablan, y que ése es el único medio de que nunca dé con él la Justicia? ¿Sabes, en fin, que ver a Parrón es encontrarse con la muerte?
El gitano se volvió a reír, y dijo:
- Y ¿nosabe su merced que lo que no puede hacer un gitano no hay quien lo haga sobre la tierra? ¿Conoce nadie cuándo es verdad nuestra risa o nuestro llanto? ¿Tiene su merced noticia de alguna zorra que sepa tantas picardías como nosotros? Repito, mi General, que, no sólo he visto a Parrón, sino que he hablado con el.
- ¿Dónde?
- En el camino de Tózar.
- Dame pruebas de ello.
- Escuche su merced. Ayermañana hizo ocho días que caímos mi borrico y yo en poder de unos ladrones. Me maniataron muy bien, y me llevaron por unos barrancos endemoniados hasta dar con una plazoleta donde acampaban los bandidos. Una cruel sospecha me tenía desazonado. «¿Será esta gente de Parrón? (me decía a cada instante.) ¡Entonces no hay remedio, me matan!..., pues ese maldito se ha empeñado en que ningunos ojos...
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