Antonietta
Existen casos tanto a nivel nacional como internacional en los que los altos tribunales mediante sentencias han decidido condenar al Estado por considerar que quienes lorepresentaban cometieron errores en el ejercicio de sus funciones que, si bien nada tienen que ver con la reprochabilidad (culpa o dolo), podrían constituir una responsabilidad objetiva.
En octubre de 1990 fuisecuestrado por un grupo de bandidos. Tenía 15 años. Estaba en el colegio, en recreo. Llegaron con pistolas y después de amenazar a todos los que allí se encontraban, me secuestraron. Se trataba deun colegio ubicado en zona rural de Fonseca (La Guajira). Salí con los bandidos hacia el monte; nos esperaba una camioneta que debía llevarnos al lugar en el que me esconderían. La camioneta se pinchóy eso le permitió a las autoridades alcanzarnos. Los agentes del DAS, por información recibida de los testigos del secuestro, sabían que uno de los bandidos vestía una camiseta negra; lo que no sabíanes que durante el recorrido en la camioneta, la camiseta negra había sido cambiada. Yo la vestía.
Al llegar al lugar donde nos encontrabamos los secuestradores y yo (con mi nueva camiseta negra), seinició un violento intercambio de disparos. Todo fue rápido y confuso. No me acordé que estaba estrenando camiseta y mucho menos pensé que por ello podían confundirme. Y así fue. Un agente del DAS enel ejercicio de sus funciones cometió un error: me disparó.
Siete años después, el Consejo de Estado condenó a la nación (DAS) a pagarme una indemnización por los daños sufridos a causa de aqueldisparo.
Hoy, después de 20 años, sigo agradecido con aquel agente del DAS que, aunque cometió un error a causa de aquella camiseta, cumplió con su deber al rescatarme. No habrá día que no le piense congratitud.
Más allá de la responsabilidad objetiva del Estado por el error de un organo en el ejercicio de sus funciones, es absurdo considerar que dicha responsabilidad sea posible endilgarla...
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