Antonio di benedetto análisis del cuento "caballo en el salitral

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El espacio agobiante:[1] el desierto mendocino en el cuento “Caballo en el salitral”[2] de Antonio Di Benedetto

La región

Atahualpa Yupanqui dijo: “El hombre es tierra que anda” y compartimos con él esta sabia frase porque el hombre es portador de la voz de su tierra, de sus costumbres, de sus habitantes. El hombre lleva grabado en sus entrañas el eco de su terruño natalque siempre latirá y que siempre surgirá aunque intente negarlo.

Dice Barcia que toda literatura es regional porque surge en una región determinada en un momento determinado.[3] Es por eso que toda obra lleva las huellas de la enunciación, del momento y lugar de producción. Lo que sucede es que a veces esas huellas son evidentes y otras veces se dificulta el acto de descubrirlas.En el caso del cuento “Caballo en el salitral” de Antonio Di Benedetto, la región natal del escritor surge de manera evidente, las exactas aunque breves descripciones espacio-temporales se muestran con una precisión fotográfica y certeras pinceladas configuran un paisaje acabadamente perfecto. El autor nos coloca frente a una región cuyana, exactamente en el desierto mendocino, que nos muestrasus rasgos esenciales y sus indiscutibles particularidades.

Relación con la realidad

En una entrevista el propio di Benedetto habló sobre el momento de enunciación del relato y explicó que él se encontraba agobiado por su trabajo de periodista y en uno de sus pocos ratos libres observó un caballo que llevaba un carro cargado de alimento y eso lo inspiró para componer su texto. Diceal respecto el autor:
“Por ejemplo, mi cuento “Caballo en el salitral”, que tuvo tan buenas consecuencias, es el producto de una época donde yo trabajaba de sol a sol. Y lo escribí en cuatro horas de la madrugada.”.”Fue una observación que hice a la hora de la siesta que, como usted sabe, en toda la zona de Cuyo, es el momento en que la ciudad se vacía. Al fondo de la calle Catamarca viun carruaje de panadero estacionado. Me acerqué y observé el caballo atado, soportando todo el sol y sin comer, mientras que el carro rebosaba de panes. Me pareció absurdo que el animal estuviera atado a su alimento –aunque, claro, él hubiera preferido el pasto– sin poder comer. De ahí que lo pensara en el cuento llevando fardos y dando vueltas en el desierto desesperado de hambre sin saber quellevaba con él el alimento.”[4]
Sin duda este hecho puede haber sido el punto de partida, pero el exhaustivo conocimiento de la región, de su paisaje, de su gente, de su idiosincrasia, de su flora, de su fauna, de su suelo y de los múltiples elementos que lo integran sirvieron al autor para dar los detalles exactos que presenta en el texto.

La observación directa de este hechodeterminado sumados al latiente eco de su tierra natal y a la exactitud de su pluma; hicieron que este texto se transformara en una verdadera obra de arte que mereció ser premiada internacionalmente.

El Neorregionalismo en el relato

Este cuento de Antonio Di Benedetto se encuadra dentro de los parámetros del “Nuevo Regionalismo”; es decir, de una corriente literaria que comienzaalrededor de los años ’40 y que se enfatiza alrededor de los años ‘50. El nuevo regionalismo plantea una nueva relación con el espacio vital pues los escritores que lo cultivaron transformaron en universal ese paisaje local, paisaje local al que logran dotar de fuertes matices simbólicos.

El tratamiento del espacio en los seguidores del Nuevo Regionalismo es realmente un elemento vital de lanarrativa porque estos escritores logran una simbiosis entre el arraigo a la tierra y las problemáticas del hombre universal. Fabiana Varela afirma que:

“Se observa un fuerte arraigo en el suelo pero atendiendo a una problemática que trasciende tiempo y espacio, aún cuando adquiera ribetes particularísimos”[5].

Di Benedetto quiere alejarse de las poéticas regionalistas...