Antropología Urbana. La Ciudad Redimida

Francine Llagostera Forns “La ciudad redimida. Las ciencia sociales como forma de caridad” en Disoluciones urbanas. Delgado, Manuel. Manuel Delgado Ruiz es antropólogo e historiador del arte, profesor titular de antropología religiosa en la Universidad de Barcelona y cuenta con numerosas obras publicadas: De la muerte de un Dios (1986); La ira sagrada. Anticlericalismo, iconoclastia y antiritualismo en la España contemporánea (1992), Ciudad líquida, ciudad interrumpida (1999) entre otros. Delgado hace un recorrido en el texto “La ciudad redimida” desde el nacimiento de las sociedades urbanas con la industrialización y los teóricos de la Escuela de Chicago, las décadas sesenta y setenta, hasta llegar a nuestra actualidad y la situación de los estudios antropológicos en estos ámbitos quesegún el autor han sufrido un estancamiento. El texto se inicia con una reflexión sobre la práctica antropológica en España, la cual se ve limitada al estudio casi exclusivo de la marginalidad y la pobreza en el seno de las ciudades, alejándose así de lo cotidiano y relegando este aspecto a una subdisciplina, aspectos por otra parte que la Antropología había convertido en el núcleo principal delos estudios de otras culturas diferentes a la nuestra. Esta antropología urbana a través de la cual se enfatiza en las “desestructuras” de las ciudades tuvo su origen en los teóricos de la Escuela de Chicago; esta corriente iniciada por Robert Park en 1915 empezó a dirigir una mirada diferente a la vida que se desarrollaba en las ciudades industrializadas y su organización social, lo urbano comoun fenómeno nuevo del que había que ocuparse, una forma de vida en la cual ya no cabían los lazos de parentesco, ni la religión ni otras referencias que hasta el momento habían prevalecido en la organización de la sociedad. Park, Burguess, Wirth, Mckenzie iniciaron una metodología basada sobretodo en el periodismo con la incorporación de documentos personales, una innovación orientada hacia laobservación participante en núcleos restringidos, es decir, hicieron del espacio urbano el campo de trabajo. Estos teóricos advirtieron que a diferencia de los espacios rurales, el orden social estaba constituido por elementos frágiles, una “auto-organización espontánea” y efímera surgida para solucionar el problema del momento. 1

Estos teóricos que en principio supieron detectar la partepositiva del anonimato, esto es, la posibilidad de una vida más libre, empezaron a enfrentarse a la aparición de desestructuras fruto de la desaparición de los lazos familiares, de la aglomeración y despersonalización que ante la imposibilidad de las instituciones de cubrir estas carencias, se abría paso a la producción de individuos marginados que no podían hacer frente a estas sociedadesheterogéneas debido a sus orígenes culturales homogéneos, radicalmente opuestos a los que debían afrontar dentro del ámbito urbanita. Aunque anteriormente Simmel ya había constatado estos efectos, fueron los teóricos de Chicago quienes llegaron a conclusiones negativas al respecto demonizando paulatinamente la vida en las ciudades e iniciando postulados morales procedentes del puritanismo protestante -esosi, insertado en las ciencias sociales- con la voluntad de dulcificar el medio en que debían moverse los inmigrantes, condenados a vivir en los barrios periféricos de las ciudades industriales, “..esos nichos de pobreza y desarticulación social...” (p. 16) que los llevaría irremisiblemente hacia la delincuencia , el crimen y la marginación y a los cuales los chicaguianos debían redimir a través desu activismo “científico-social”. Volvemos así a los mismos pasos pseudo científicos dados en Europa en el siglo XIX, donde cabían las teorías científicas de la mano de la Biblia como instrumento redentor. Otro aspecto interesante que señala Delgado es el concepto acuñado por Parker del urbanita como un híbrido cultural, a partir del cual la Escuela de Chicago reclama la importancia de las...