antropologia aplicada antrop urbana ii
Facultad de Ciencias Sociales
Escuela de Ciencias Sociales
Carrera de Antropología
Antropología Aplicada: Antropología Urbana II
I.
IDENTIFICACION DE LA ACTIVIDAD CURRICULAR
CARRERA : Antropología, Especialidad Antropología Social
MODALIDAD : Presencial PROFESOR O EQUIPO : Claudio Cerda Videla.
SEMESTRE : 8vo
CARÁCTER : Opcional
PREREQUISITOS : Antropología Urbana I
HORARIO :
LUGAR :
Año
:
2010
I DESCRIPCION / JUSTIFICACION DE LA ACTIVIDAD CURRICULAR En los albores de la antropología, quienes iniciaron los trabajos pioneros que a la larga fundarían la
disciplina, contemplaban un panorama muy distinto al que hoy observan sus herederos. Las
atalayas de los primeros antropólogos, eran principalmente espacios metropolitanos desde los
cuales contemplaban un panorama muy diferente a la realidad que los rodeaba y donde eran formados intelectualmente. La diferencia permitía establecer –por lo menos‐ la existencia de dos
mundos, el de la civilización, entendida esta como el universo material y simbólico al cual
pertenecían y, una otredad indiferenciada de realidades salvajes, primitivas o que simplemente
eran un remedo de una civilización que legítimamente (a su juicio) representaba un estadio
superior del devenir humano. Colaboraba en esta percepción la materialidad de las formas de
asentamiento, vale decir, mientras el patrón “civilizado” de asentamiento, estaba representado
por ciudades forjadas al calor de la llamada revolución industrial, el mundo de los otros se
caracterizaba por la existencia de patrones diversos, centrados en atávicas nociones de comunidad, con formas de agrupamiento dispersos, ordenes sociales y políticos de tipo tribal, o,
formaciones económicas precapitalistas. Puestas así las cosas, establecer el objeto de estudio
resultaba relativamente sencillo, el interés debía centrarse en esos otros tan clara y nítidamente
diferentes. Durante un lapso muy importante de tiempo esta visión perduró, tanto así que incluso luego de producirse notables transformaciones en las áreas territoriales que originalmente fueron
objeto de los estudios y trabajos antropológicos, la perspectiva empleada para abordar el análisis
de las poblaciones y grupos que habían devenido en Estados (desde una óptica política) y
realidades urbanas (desde el punto de vista de su asentamiento), continuó aplicando una cierta lógica implacable, vale decir persistía el enfoque que privilegiaba la condición de “otros” de estos
grupos. Resulta interesante observar como lo fundamental de la mirada antropológica mantuvo su
eje de trabajo en las que podrían ser denominadas variables “internas”, cuestión que derivó hacia
la etnicidad, entendida esta como la reconstrucción de la cultura ancestral al interior de las nuevas configuraciones sociales, políticas, económicas y de orden espacial que las ya citadas poblaciones y
grupos enfrentaban con intensidad. Lo “externo”, esto es, la constelación de fuerzas que definían
el nuevo orden, parecían posibles de ser mantenidas como cuestiones constantes que no
formaban parte de los procesos que realmente importaban.
Los aspectos mencionados impidieron el desarrollo de una antropología que se interesara tempranamente en el fenómeno humano amplio, esto es en la extensa y diversa expresión de las
formas socioculturales como objeto real de interés antropológico. Vale decir, se excluía el rango
de “lo civilizado” como objeto de estudio e interés de la disciplina. De allí que se renunciara al
abordaje de los mismos ...
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