Antropologia Social

PRESENTACION

C
omo todo preámbulo, este libro es una introducción: está dirigido a quienes se acercan por vez primera a la Antropología social y cultural: estudiantes y lectores no especializados. El panorama se refiere a algunas corrientes antropológicas características del desarrollo de esta disciplina. El punto de partida es el reconocimiento de una actitud antropológica, atribuida apersonas de cualquier lugar y tiempo: viajeros, militares, humanitarios, gente de ciencia en general que, sin ser antropólogos de profesión, atienden al impulso por conocer, comprender y co-municar las peculiaridades culturales de pueblos diferentes al propio. Como resulta-do de esa curiosidad, se integra una tradición muy flexible, de forma literaria, histó-rica, geográfica o técnica.
En segundolugar, se presentan las principales versiones teóricas antropológi-cas desarrolladas en Europa y los Estados Unidos. El dominar a otros durante siglos ha forjado en esas potencias un punto de vista peculiar sobre la civilización y la cul-tura, punto de vista correspondiente a la preservación y expansión de sus intereses Cuando expandieron sus dominios más allá de sus fronteras, contemplaronmaravi-llados la variedad cultural y natural que aparecía frente a ellos. Tras el tenían frente a sí: ¿quiénes eran las gentes que descubrían?, ¿cuál era su origen?, ¿podían ser aceptables sus costumbres para el europeo civilizado?, ¿cómo pensaban, sentían y hacían las cosas? Interrogantes de este tipo despertaron la curiosidad por adentrar-se en el mundo nuevo que tenían bajo su dominio y era representadopor una natu-raleza pródiga y gentes de muy diversos caracteres.
Sin embargo, fue otra pregunta la que abrigó a esa curiosidad: ¿de qué ma-nera usar a esa gente recién descubierta para explotar los recursos de la naturaleza en la cual vivían? cuya respuesta definió el apoyo de las potencias a la generación de esos conocimientos. Esta última pregunta resultaba atractiva desde los puntos de vistaeconómico y político, y su respuesta se podía armar con los trabajos de inves-tigación de los curiosos humanistas de la primera especie. Conocer para dominar, fue la fórmula encontrada por los colonizadores del siglo XVI, fórmula de producción de conocimientos útiles y por lo mismo, financiables. De esa manera, a la par de la explotación económica y la dominación política e ideológicarepresentada por el co-lonialismo, se observó una acumulación de investigaciones y conocimientos sobre la naturaleza y las culturas de las colonias. Informes a las autoridades coloniales pre-parados por administradores, religiosos y militares; relatos de viajeros asombrados en que daban cuenta de la diferencia radical de los “salvajes” respecto a los modos de vivir, pensar y actuar de los “civilizados”europeos. (Gerard Leclercq, 1972)
Cuando los Estados Unidos entraron en la escena internacional como poten-cia imperialista, enfrentaron la misma necesidad: conocer para explotar los recursos naturales y humanos. Adalides del pragmatismo, no pensaron mucho las cosas y contaban con la experiencia del colonialismo europeo, que les dictaba la enorme utilidad que, para los fines económico políticos,representaba el conocimiento de las culturas.
La masa de conocimientos producida por europeos y norteamericanos durante los siglos XVI y XIX, era lírica, esto es, no formulada conforme a un plan científico, no era antropología en el sentido asignado al término en nuestros días. Aunque había investigadores que procuraban armar los conocimientos conforme a un plan científico, pero no lo hacían conformea la visión de una ciencia autónoma, sino en los marcos de la ciencia natural, de la teología o de la filosofía. Muchos de ellos se orientaban a confirmar la Creación divina, otros, por el contrario, a proveer eviden-cias inobjetables de la evolución y sus métodos eran de las ciencias naturales o de la historia, pues no habían desarrollado una concepción de la cultura de la cual sur-gieran...