Antropología filosófica en nietzsche y kant

Introducción:

El presente trabajo propone contraponer la visión kantiana de individuo y de especie a la concepción nietzscheana. En un comienzo dichas miradas parecen resultar opuestas: en tanto la primera plantea un horizonte regulativo en la especie, de manera que los individuos arreglen sus acciones con vistas a fines siempre desde la perspectiva de la historia universal, adecuando suobrar como homo fenomenon al ideal del hombre “tal como debe ser” (al homo noumenon); mientras que la segunda nos propone una mirada sobre la especie como un hombre decadente, cuya historia se presenta como la historia de un error, proponiendo para repensar el concepto de lo humano, el concepto de superhombre.

Buscamos explorar ambas posturas de manera que se puedan exponer y articularaquellos aspectos que se encuentren en común, yendo más allá de una contraposición, mostrando cómo ambos autores se valieron de conceptos que apuntaban al devenir del hombre para poner en tela de juicio al hombre que encontraban entre sus contemporáneos, el hombre tal cómo lo veían en su presente.

Desarrollo:

Desde la Crítica de la razón pura, Kant ha manifestado su preocupación por el hombre entanto especie. En el Canon de la razón pura, postula la existencia de un mundo moral, es decir el mundo “en la medida en que sea conforme a las leyes morales (como puede serlo, de acuerdo con la libertad de los seres racionales, y como debe serlo, de acuerdo con las leyes necesarias de la moralidad)”[1], el cual debe pensarse como mundo inteligible, una idea práctica, que “puede y debe tenerinflujo sobre el mundo sensible, para tornarlo a éste tan conforme a esa idea como sea posible”[2], respondiendo así a la primera pregunta de la razón pura sobre el interés práctico: debo hacer aquello que me torne digno de ser feliz. Esto será el fundamento para que el obrar del hombre como individuo, como fenómeno, procure su propia felicidad, procurando a la vez “la bienaventuranza duradera de losotros”, al adecuar este obrar según como debería ser en este mundo moral en cuestión, es decir, adecuándose al homo nomenon. Implícitamente, vemos como esta preocupación encierra más de lo que parece. Este mundo inteligible debe ser visto como consecuencia de nuestra conducta en el mundo sensible, pero como éste no nos ofrece la unión entre la moralidad y la felicidad, debemos suponer ese mundointeligible como venidero. Podemos pensar que su posible realización queda abierta hacia el futuro, hacia el mundo que posiblemente traiga el progreso imaginado por la ilustración. Así empezamos a vislumbrar la idea de adaptar nuestras acciones como individuos según lo que tienda a procurar un mejor futuro de la especie, un futuro más cerca de la anhelada era ilustrada, donde cada uno sea ciudadanodel mundo, es decir, se llegue al estado cosmopolita al que la historia tiende.

Ya en el comienzo de la Antropología en sentido pragmático, Kant nos plantea la importancia de esta ilustración[3], entendida como la educación del hombre que lo llevará a la “liberación de su culpable incapacidad” donde la incapacidad es “la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin guía de otro”[4] y esculpable en tanto la causa de esta condición es su falta de valor para servirse de su propia inteligencia. Este llamado a hacernos responsables de nuestra condición de seres racionales, se expresa en la auto-educación que el hombre debe llevar a cabo: “Todos los progresos de la cultura a través de los cuales se educa el hombre tienen el fin de aplicar los conocimientos y habilidades adquiridas paremplearlos en el mundo; pero el objeto más importante del mundo al que el hombre puede aplicarlos es al es al hombre mismo, porque él es su propio fin último”[5]. Así el hombre se educa a través de los progresos culturales, entendiendo la cultura como el conjunto de todas las actividades del hombre que proceden de la auto-ilustración, de manera que el mundo (y su objeto más importante, el hombre)...