Aparecida
Posadas, 29 de febrero de 2008 Mons. Andrés Stanovnik
Se me ha pedido una reflexión sobre la Educación a la luz del Documento de Aparecida. Para eso, lo primero que correspondería hacer es conocer de qué luz se trata y, luego, ver cómo esa luz ilumina nuestro tema. En ese sentido, considero que sería útil que ocupáramos una primera parte de nuestro tiempo en presentar el Documento de Aparecida. En el contexto de ese documento veríamos, luego, qué luz nos aportan sus reflexiones sobre el tema de la Educación. Presentación del Documento El texto que voy a presentar lleva como título Documento Conclusivo. También se lo suele nombrar como Documento de Aparecida , siguiendo la tradición de otros textos de similar origen haciendo referencia al lugar donde fue elaborado. Así sucedió con el documento de Rio de Janeiro (1955) de Medellín (1968), de Puebla (1979) y de Santo Domingo (1992). Con frecuencia se los identifica como documentos del CELAM. Esto induce a un equívoco que conviene aclarar. Si prestamos atención “al autor” de estos escritos, nos damos cuenta que se trata de la “Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe”, que no es el CELAM. Son dos organismos de naturaleza diferente. Mientras el CELAM es un consejo permanente creado por la “I Conferencia General del Episcopado Latinoamericano” y como fruto de ésta. En cambio, una Conferencia General, es una convocatoria que realiza el Santo Padre a las 22 Conferencias Episcopales de nuestro continente, y a pedido de éstas, “[la Conferencia General] se propone la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo 1 de Dios” , dijo el Papa en Aparecida, y con el fin de impulsar la acción evangelizadora 2 de la Iglesia en el tiempo presente, como podemos leer en el documento . En todo caso, el CELAM, como organismo de servicio y de comunión a las 22 Conferencias, presta su colaboración para preparar, en comunión con la Santa Sede, una Conferencia General. Como dato que puede ilustrar la distinción que hay entre una Conferencia General y el CELAM, baste saber que es el Papa quien aprueba el Reglamento para su funcionamiento, él es quien nombra a los miembros de la Presidencia y de la Secretaría General, él es quien confirma a los obispos delegados que proponen las Conferencias Episcopales, él es quien invita a otros obispos, etc. Luego de estas rápidas precisiones, podemos comprender mejor que el autor del Documento Conclusivo es la V Conferencia General y no el CELAM, y así figura en el libro. Podemos añadir un dato más. El primer escrito que encontramos, al abrir el libro, es una carta del Papa, con la cual presenta y autoriza la publicación del texto. Una vez más, no es el CELAM quien presenta el documento. Sin embargo, por su función de organismo de comunión y servicio, el CELAM se encarga de editar y difundir el texto, además de colaborar con las 22 Conferencias Episcopales en la animación de la misión evangelizadora de las Iglesias en América Latina y El Caribe, en el espíritu y las orientaciones del documento.
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BENEDICTO XVI, Discurso Inaugural (DI) Aparecida, 13 de mayo de 2007, n. 3, Cf. Documento de Aparecida (DA), n. 1.
Una vez identificado el título y el autor, digamos una palabra más antes de entrar en el contenido del texto. Dijimos que se trata de un “documento conclusivo”, lo cual nos sugiere que hubo un proceso de elaboración para llegar a determinadas conclusiones. En efecto, la V Conferencia tuvo una trayectoria de preparación, con sus respectivas actividades y etapas, que culminaron en el Documento Conclusivo y convocaron la Misión Continental, dato que añadimos enseguida, para no quedarnos con ...
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