Aparecida

a propsito del acontecimiento de Aparecida En estos apuntes deseo ofrecer algunos elementos, que considero importantes y originales, sobre el mtodo ver-juzgar-actuar. Esos elementos fueron apareciendo durante la preparacin y celebracin de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y El Caribe. Procurar destacar, sobre todo, aquello que favoreci la recuperacin de la plena fecundidadde este mtodo y su implementacin en la reunin de Aparecida. De los tres pasos que lo componen, me propongo darle ms espacio al ver, puesto que fue precisamente ese paso el que motiv las reflexiones ms favorables para que el mtodo recuperara su plena validez. El hilo conductor de estos apuntes ser el relato de los momentos significativos en la preparacin y desarrollo de la V Conferencia. A travs deellos veremos cmo se fueron poniendo los presupuestos para la reflexin (2) cmo se discuti explcitamente el mtodo en la preparacin del Documento de Participacin (3) y cmo fue enriquecido por la reflexin de la comunidad eclesial, que escucha discipularmente al Espritu en la realizacin de Aparecida (4). 1. Un mtodo purificado por la crisis Recordemos, brevemente, que este mtodo fue objeto dediversas discusiones durante las ltimas dcadas. Despus de haberse utilizado en Medelln y Puebla, no se us en Santo Domingo. A pesar de haber surgido en un ambiente catlico, a mediados del siglo pasado, y de haber sido utilizado en el Concilio Vaticano II, con el correr del tiempo fue objetado, desde algunos sectores de la Iglesia, como un mtodo que, en la prctica, se haba secularizado. Consecuencia deesa secularizacin fue la prdida de la visin creyente de la realidad, al punto tal que la mirada sobre la misma se reduca a la informacin que proporcionaban exclusivamente las ciencias humanas. Sin embargo, en Aparecida se recogieron muchas voces, venidas de todo el Continente, afirmando que este mtodo ha colaborado a vivir ms intensamente nuestra vocacin y misin en la Iglesia. De todos modos, apesar de las discusiones que se suscitaron sobre el uso de este mtodo con ocasin de Aparecida, o tal vez gracias a ellas, no hubo, en realidad, una opinin radicalmente contraria a su utilizacin, sino objeciones sobre un cierto reduccionismo e ideologizacin, que acompaaron su prctica en algunos sectores eclesiales latinoamericanos. Al decir verdad, dichas objeciones resultaron muy tiles, porquesirvieron para profundizar la mirada creyente sobre la realidad y recuperar, as, la prctica cristiana de este mtodo. Por eso, se lleg a la celebracin de Aparecida, revalorizndolo e incorporndolo como mtodo que permite articular, de modo sistemtico, la perspectiva creyente de la realidad la asuncin de criterios que provienen de la fe y de la razn y, en consecuencia, el vivir, sentir, querer y actuar comodiscpulos misioneros de Jesucristo. 2. Tres premisas constitutivas del mtodo 2.1. El discernimiento en comunin y participacin Para introducir el tema, me parece oportuno recordar que en mayo del 2001, la Asamblea Ordinaria del CELAM, celebrada en Caracas, aprob casi por unanimidad la propuesta de pedir al Santo Padre la celebracin de una prxima Conferencia General y se realiz un primer sondeosobre el tema. Hubo diversas proposiciones, pero como no era todava el momento de definir temas, se dej la cuestin para ms adelante. Lo mismo sucedi con la propuesta de la Conferencia General, que se dej para el perodo siguiente del CELAM. Con esta referencia histrica sobre los primeros pasos hacia la V Conferencia General, quisiera destacar algunos aspectos metodolgicos que merecen atencin, ancuando en ese momento no se haya planteado explcitamente la cuestin del mtodo. En primer lugar, el discernimiento, practicado por los obispos en comunin colegial sobre la necesidad y oportunidad de una reunin episcopal, es un dato que conviene rescatar para la cuestin del mtodo. Este ejercicio de discernimiento y de comunin, fue una constante en todas las reuniones episcopales que se realizaron sea...