apologia de socrates ensayo
¿No queréis oír? Humanas fieras que apagáis en la fuente sangrienta de
vuestras venas el ardor de vuestras iras, arrojaden seguida a tierra las armas
fratricidas, y escuchad mi sentencia. Tres veces, por vanas quimeras y fútiles
motivos, habéis ensangrentado las calles de Verona, haciendo a sus habitantes,
aun losmás graves e ilustres, empuñar las enmohecidas alabardas, y cargar con
el hierro sus manos envejecidas por la paz. Si volvéis a turbar el sosiego de
nuestra ciudad, me responderéis con vuestrascabezas. Basta por ahora; retiraos
todos. Tú, Capuleto, vendrás conmigo. Tú, Montesco, irás a buscarme dentro
de poco a la Audiencia, donde te hablaré más largamente. Pena de muerte a
quienpermanezca aquí. (Vase.)
MONTESCO.- ¿Quién ha vuelto a comenzar la antigua discordia?
EL PRINCIPE.- ¿Dónde están los promovedores de esta reyerta?
PRINCIPE.- Dime con verdad, Benvolio. ¿Quién comenzóla pelea?
PRINCIPE.- Él mató a Mercutio, según se infiere del relato. ¿Y quién pide
justicia, por una sangre tan cara?
PRINCIPE.- En castigo, yo te destierro. Vuestras almas están cegadas por elencono, y a pesar vuestro he de haceros llorar la muerte de mi deudo. Seré
inaccesible a lágrimas y a ruegos. No me digáis palabra. Huya Romeo: porque
si no huye le alcanzará la muerte. Levantadel cadáver. No sería clemencia
perdonar al homicida.
PRINCIPE.- ¿Qué ha ocurrido para despertarme tan de madrugada? ( Entran
Capuleto, su mujer, etc.)
PRINCIPE.- ¿Qué historia horrenda yperegrina es ésta?
PRINCIPE.- ¿Averiguasteis la causa de estos delitos?
PRINCIPE.- Mucho has amanecido, Montesco, pero mucho antes cayó tu
primogénito.
PRINCIPE.- Tú mismo puedes verla.PRINCIPE.- Contened por un momento vuestro llanto, mientras busco la
fuente de estas desdichas. Luego procuraré consolaros o acompaña-ros hasta la
muerte. Callad entre tanto: la paciencia contenga un...
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