Aposiopesis



Aposiopesis ¿por qué no “Reticencia”? Es menos culto, pero más claro sin delatar claves de la historia.
Por Víctor Manuel Azcárraga Fuentes
El Eccehomo que pendía en la pared de la cabecerade la cama tenía una mirada de insondable tristeza,; tal vez ese gesto era ocasionado porque ni él, ni todos los santos, ni todas las vírgenes que rodeaban la alcoba podrían testificar lo que habíasucedido ahí.
El doctor me llamó por la mañana para que me presentara en la residencia episcopal y, con una reiteración fuera de lo común, me ordenó reserva total hasta que termináramos losprocedimientos científicos. Dentro de las indicaciones por la urgencia, me había amenazado con que este caso sería mi examen final. De su resultado dependería que yo siguiera en la agencia o si tendría quebuscar otro empleo. Desde que era su alumna en la facultad de medicina habíamos discutido sobre la ética médica. Él había cuestionado mi idealismo sobre la obligación de proporcionarles justicia a lasvíctimas. "La forense, por su naturaleza definitiva, puede ser la más corrupta de las ramas de la medicina", argumentaba. "Entonces, seré la excepción", yo respondía. "Excepción que confirmará la reglade que la rebeldía es un mal que se cura con el tiempo", él concluía. Luego terminé la especialidad e ingresé a la institución de investigaciones criminales bajo su mando. Desde entonces el doctorse había esmerado por vencer mi cuestionada honestidad u obligarme a renunciar a mi incipiente carrera policiaca.
Después de las indicaciones pertinentes para la comisión a la que me enviaba, eldoctor me había informado que el Cardenal había fallecido y, según el mensaje de la superioridad, no había sido de muerte natural. Me recordó que a un prelado de su importancia no se le podíadesacreditar bajo ninguna circunstancia. Para la opinión pública era un personaje inmaculado. Había sido papable durante el pasado cónclave y lo que seguiría a su muerte, sin exagerar, sería una probable...