aprender a aprovechar las oportunidades
Cuenta un viejo chiste que en un pequeño pueblo se desató una tormenta tal que el río se desbordó y lo inundó todo por completo. Los habitantes escapaban comopodían, pero el sacerdote, que siempre había sido un hombre de gran fe, permanecía en la entrada de la parroquia rezando a Dios para que lo sacase de allí. En ese momento, pasaba por allí un hombreconduciendo una camioneta que le gritó:
- ¡Padre, venga, que el agua sigue subiendo!
- No te preocupes, hijo- respondió el sacerdote- , Dios me salvará.
El nivel del agua seguía creciendo y elsacerdote, con el agua hasta la cintura, continuaba rezando. Pasó entonces un bote de remos con varios hombres, que le gritaron que subiera. El sacerdote respondió con firmeza:
- Id vosotros, no ospreocupéis más por mí, que Dios me salvará.
Los hombres se alejaron mientras la tormenta no cesaba y el agua seguía subiendo; tanto, que el sacerdote hubo de trepar al techo de la parroquia. Cuando el aguaestaba a punto de cubrirlo todo, se acercó al sacerdote un helicóptero desde donde le hicieron señales para que cogiera la cuerda de rescate, pero éste se negó:
- ¡Yo soy un hombre de fe!- gritó alhelicóptero- ¡Dios me salvará!
Sin embargo, el agua continuaba cayendo y el sacerdote acabó por ahogarse y llegó a las puertas del cielo. Cuando se encontró cara a cara con Dios, no pudo sinorecriminarle que lo hubiese dejado morir de ese modo.
- Mi Señor- le dijo el sacerdote con tristeza-, ¿por qué me abandonaste?
- ¿Pero de qué abandono me hablas?- le respondió Dios-. ¡Te envié una camioneta,te envié un bote y te envié un helicóptero!
Más allá de la broma, esta breve historia nos ilustra sobre la importancia de aprovechar las oportunidades que se nos presentan. Si dejamos pasar lasoportunidades una y otra vez, acabaremos creyendo que tenemos mala suerte; acabaremos como el sacerdote del cuento, que creía que Dios le había abandonado. Dicho de otro modo, si no aprovechamos...
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