APRENDER A ESCUCHAR
DE CARLOS LENKERSDORF
Carlos Lenkersdorf, destacado filósofo y lingüista alemán, nos invitó a Luis Villoro, Ana Esther Ceseña y a la que esto escribe, a presentar su último libro “Aprender a Escuchar” en el Museo de Antropología, a finales de Septiembre de 2008. Como sabemos, Lenkersdorf llegó a México hace décadas y, deslumbrado por la belleza natural deChiapas y su gente, decidió hacer de ese paisaje su residencia. Eligió a una comunidad tojolabal; fue ahí donde habría de pasar, junto con su esposa, veinte años de su vida…enseñando y aprendiendo de los indígenas.
Con este libro, Carlos Lenkersdorf nos vuelve a sorprender, a despertar una vez más de nuestra herencia colonial occidental que ha configurado nuestra forma de ver, juzgar ydictaminar a partir de sus propios esquemas y cánones. Silenciosamente, a lo largo de toda su obra, el autor nos muestra cómo, inadvertidamente, el pensamiento de la Modernidad ha ido formando y configurando nuestra mentalidad y visión del mundo.
Pero antes de entrar en materia, quiero remitirme a uno de sus libros anteriores, “Los Hombres Verdaderos”, en el cual destaca la indisoluble e imbricadarelación entre pensamiento y lenguaje, recalcando que la manera en que nombramos el mundo –a través de una particular estructura gramatical-refleja una forma singular de concebir el mundo y de relacionarse en él y con él. (De pronto, esto me hizo recordar aquella frase de Nietzsche: “Mientras sigamos creyendo en la gramática, seguiremos creyendo den Dios”.)
Esta vez, con “Aprender a Escuchar” nosdescubre Lenkersdorf una nueva dimensión, una tercera dimensión del lenguaje hasta ahora ignorada por Occidente: la de la escucha, misma que coloca al lado y a la par de la lengua hablada y escrita. Después de seguir los señalamientos que hace Carlos, nos parece obvio, y al mismo tiempo nos resulta difícil explicar el hecho de que esté tan ausente en nuestro pensamiento y en nuestra prácticacomunicativa cotidiana, en las sociedades estratificadas que habitamos y que nos habitan. Así, nos hace ver que, en verdad, nos hemos contentado con el verbo oír, haciendo caso omiso de la distinción entre oír (meros sonidos) y escuchar, que implica la comprensión profunda de lo que se enuncia y pronuncia, teniendo en cuenta quién y desde dónde habla y escucha, incluyendo el bagaje cultural de cada uno yde su historia. De ahí que el diálogo resulte ser otro aspecto primordial de la escucha.
Lo anterior nos remite a una distinción fundamental en la estructura lingüística del español y las lenguas mayenses que explica las diferentes cosmovisiones, las diferentes maneras de ver y vivir el mundo. La explicación de esta diferencia se encuentra en el carácter intersubjetivo de las lenguasoriginarias, en el hecho de que en estas lenguas no hay lugar para los objetos. No hay más que sujetos y, por ende, no existen más que relaciones inter-subjetivas. Esto es lo que va a definir la diferencia y lo que debe predominar si queremos lograr una cabal comprensión de las distintas cosmovivencias derivadas de las diferentes cosmovisiones. Impactan las consecuencias que de ello se desprenden y másimpactan aún, al sumarlas a la aportación de este último libro de Carlos en relación a la tercera dimensión del lenguaje ya mencionada, la de la escucha. Su omisión, en nuestra práctica lingüística –es decir, en la de los idiomas de raíz greco-latina que han predominado-revela hasta qué punto ha configurado visiones del mundo, así como mentalidades que a su vez, derivan en actitudes y comportamientosque la Modernidad occidental ha pretendido universalizar, disfrazando así su afán de dominio.
Para entender mejor la cosmovisión tojolabal –así como la de otras comunidades indígenas, como la tzotzil o tzeltal, tomaremos la intersubjetividad como punto de partida. Lenkersdorf nos explica que dicho concepto proviene de la idea que priva en estas culturas originarias, de que todo vive, de que...
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