aprendiz de brujo responsabilidad
En un inmenso castillo vivía un hechicero que se dedicaba únicamente al
estudio de las fórmulas mágicas. No permitía que nadie fuera a visitarlo y solo
aceptaba la compañíade su joven ayudante, Daniel, un jovencito moreno y
delgado que no entendía bien las actividades de su maestro.
En una ocasión, el mago tuvo que salir a un largo viaje en busca de plantas
para unapoción secreta. Antes de partir le hizo recomendaciones a Daniel: no
debía abrir la torre donde él trabajaba, ni tocar sus libros. Le encargo que
limpiara algunas habitaciones del castillo.
-Es unagran responsabilidad, pero sé que podrás cumplirla sin problema- le
dijo.
Durante los primeros días Daniel siguió las instrucciones. Pero dos semanas
después comenzó a sentir fastidio por lastareas de limpieza. Así que una tarde
subió a la torre lleno de curiosidad. Sobre la mesa halló el libro con las
anotaciones del hechicero. Emocionado por el hallazgo, pensó que podría
convertirse enun mago, se puso la túnica de su maestro y, subió en un
banquillo de madera, comenzó a leer el libro. No entendía las palabras, pero
las pronuncio en voz alta sin darse cuenta de que eran mágicas. Derepente, la
escoba y el balde se presentaron y le dijeron a Daniel que estaban a sus
órdenes.
Daniel se asustó un poco, pero pensó aprovechar la situación. Para limpiar
tenía que cargar agua, yle daba flojera. Así que les dio instrucciones de
hacerlo.
El balde y la escoba iban y venían, iban y venían. Después de algunas vueltas
ya había agua suficiente para limpiar, Daniel les pidió queno trajeran más.
Pero como solo entendían palabras mágicas no le hicieron caso y siguieron
cargando agua sin parar.
Al cabo de un rato el agua cubría el piso y corría escaleras abajo. Llenó lashabitaciones e inundó el castillo, pero el balde y la escoba no se detenían. El
líquido le estaba llegando al cuello y los objetos del laboratorio mágico flotaban
a su alrededor. “¡Auxilio!” grito el...
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