aragan
A estas alturas casi resulta una obviedad declarar que los fervorososindustriales de la desmemoria y la distracción pertinaz y pueril, se obstinan en el propósito de extirpar del reino del corazón el sentimiento de la dicha y en su lugar pretenden sembrar una estratagema enverdad embelecadora y quimerista: la contemporánea superstición del confort. La quimera predilecta de los mercaderes tecnocráticos es la de escandalizar con la oferta impostergable de laconfortabilidad. Pero después de todo y a fin de cuentas ese es el producto más ambicioso que pueden concebir y ofrecer los tracaleros barones del dinero.
Sin proponérselo de entrada la naturaleza de estelibro descarrila de cabo a rabo tal inercia de modernidad. Y expreso que sin premeditación en realidad porque las luces que orientan el propósito original de la presente obra, logran penetrar, recrearse yfincar sus reales en el tejido esencial de la condición humana. Después de la lectura de esta antología alegre, advierto que uno de los principales intereses de Raquel Olvera fue el de explorar lamás relevante gracia del espíritu creativo. Se trata por cierto de la gracia que de un par de siglos a la fecha se le ha soterrado con taimada severidad, en particular por artistas de ultratumbaaturdidos por el estruendo de sus propias tormentas. Esa gracia que resplandece con luz propia no puede ser otra más que la dichosa sensación de la alegría. En esa esfera providencial es donde Raquel...
Regístrate para leer el documento completo.