Argentina, conflicto politico y social.
El ejercicio autoritario del poderkirchnerista, propio del más rancio de los populismos iberoamericanos, acaba de cerrar su círculo en la presente crisis: después de la reacción del campo argentino al régimen confiscatorio y del ciclo favorablede la coyuntura internacional para el precio de los alimentos, el intento gubernamental de dividir al sector agrario y la movilización de las masas, como en los tiempos del peronismo.
Sólo unadiferencia apreciable cabe advertir entre una estampa como la de ahora y la que ha querido evocarse. Si en el pasado, durante la etapa del general Perón, se arruinó la estabilidad y el ingente patrimoniode la riqueza nacional argentina, en este presente de restaurado poder matrimonial sobre la estampa sepia del tiempo, no es el patrimonio básico de la nación lo que se compromete sino el procesomismo de su restauración.
El hachazo confiscatorio del conjunto de medidas fiscales que gravan las ventas de productos como la carne, el trigo, la soja y el girasol, ha provocado una reacción ?delógica y legítima resistencia? cuyo coste, al cabo de 20 días de conflicto, supera en lo económico casi los 2.000 millones de dólares que el Gobierno esperaba recaudar con este rechazado programaimpositivo.
En lo social, se ha traducido en el coste de los desabastecimientos por el bloqueo de los piquetes en las carreteras para impedir los suministros urbanos. Del argumentario desplegado por lapresidenta, Cristina de Kirchner, en su alocución ante las masas movilizadas por el oficialismo, merecen especial interés el aserto de que la rebelión agraria pretende derrocarla, la referencia algolpismo contra los procesos revolucionarios habidos en el pasado y, muy especial y sintomáticamente, las andanadas contra la prensa y la libertad de expresión.
El alegato contra esta libertad...
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