argentina decada 90
"Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado” fue el fallido del entoncesministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi, al anunciar el primer mandamiento del decálogo menemista de aquella reforma. Esta frase define el paradigma de la década de los ’90, en la que todo loprivado era superior a lo público y la voz de los empresarios se volvió más autorizada que nunca. El resultado fue la enajenación del patrimonio nacional construido con el esfuerzo de décadas pormillones de argentinos.
Tal fue la preeminencia del empresariado en esos años que en 2010 las políticas neoliberales que encarnó el presidente Carlos Menem entre 1989 y 1999 aún cosechaban laaprobación de la mayoría de los hombres de negocios. En una encuesta realizada por el diario Ámbito financiero en el Coloquio de IDEA, en la que sondeó a los empresarios acerca de cuál fue el mejor gobiernodemocrático de los últimos 50 años, el 53% eligió ambas presidencias del mandatario riojano.
“Mayor competitividad en el sector privado y mayor eficiencia en el sector público” fueron palabrasclave del lenguaje de aquella década, cuando resultaba muy difícil diferenciar el léxico del empresariado del utilizado por políticos y funcionarios.
Personajes como Ricardo Zinn, ideólogo delRodrigazo que significó una brutal transferencia de recursos en detrimento de los sectores con ingresos fijos, se mostraban como los garantes de procesos privatizadores.
Al margen de los calendarios, en laArgentina la década de los ’90 no finalizó en términos políticos y económicos hasta el 20 de diciembre de 2001, cuando el estallido social, el corralito a los depósitos bancarios y la represión...
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