Argentina
Todavía la mención de su nombre sigue despertando discordias y los historiadores siguen sin ponerse de acuerdo a la hora de evaluar el personaje y su relación con su tiempo. Hoy nadie se dice rosista, pero tampoco nadie medianamente serio cree en la literatura y la retorica de quienes consideran a Rosas un monstruo.
Los argumentos de los rosistas han enriquecido la perspectivahistórica, pero no han alcanzado a fundar una nueva visión como pretendían algunos de sus principales exponentes. El logro obtenido por esta corriente no fue modesto; hoy Rosas es evaluado atendiendo a otras consideraciones que el rosario de insultos de la tradición liberal. En efecto, los que en su momento se regodeaban inventando nuevos adjetivos para condenar al Restaurador, ahora han debidoretroceder ante el empuje de historiadores que, en un principio, están más interesados en comprender una época y un sistema de poder que en condenar o endiosar.
Ni monstruo, ni ángel, Rosas fue el producto de las circunstancias. No fue un intelectual, pero si un hombre culto, capaz de seducir con su conversación a interlocutores exigentes. Su inteligencia siempre estuvo siempre puesta al serviciodel poder y en ese terreno fue más de dos décadas imbatible.
Fue el protagonista de una etapa fundamental de la historia argentina, y objeto de estudios y debates que dividieron la historiografía de nuestro país; su vida fue narrada, analizada y retratada en muchas oportunidades. Varias perspectivas se abren para analizar esta figura histórica y el legado que dejo en la historia de la argentina.VIDA Y OBRA DE JUAN MANUEL DE ROSAS:
BIBLIOGRAFIA:
* JOSE LUIS ORREGO PENAGOS “LA ILUSION DEL PROGRESO. LOS CAMINOS HACIA EL ESTADO NACION EN EL PERU Y EN LATINOAMERICA. (1820 – 1860)” – FONDO EDITORIAL DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU. – AÑO: 2005.
LA HERENCIA DE JUAN MANUEL DE ROSAS:
Juan Manuel de Rosas (1793 – 1877) fue un ganadero de las provincias de Bs As. Nacidoen las postrimerías del orden colonial en el Rio de la Plata, la tradición familiar de Rosas – como la de tantos otros miembros de los sectores altos de la sociedad porteña en la primera mitad del siglo XIX – lo vinculaba a tradiciones de gobierno del imperio borbónico y a la propiedad territorial criolla. Su abuelo materno había sido uno de los mayores hacendados de Buenos Aires. Desde muy jovenfue destinado a la administración de las propiedades rurales de su madre, hecho que, alejándolo de la vida urbana de Buenos Aires, lo puso en contacto directo con la vida del campo. Entregado a sus actividades de hacendado, sus primeros años estuvieron dominados por el afán de acrecentar su patrimonio. En asociación con otros comerciantes y hacendados, Rosas forjo su personalidad y su fortuna enaquella sociedad dinámica, socialmente móvil y de relaciones fluidas, que eran el campo bonaerense y la industria ganadera de entonces. Con los años Rosas se convirtió en el principal estanciero de la provincia de Buenos Aires.
La primera gobernación de Rosas ocurrió entre 1829 y 1832. Fue elegido por la Junta de Representantes que, casi por unanimidad, le otorgo facultades extraordinarias. Huboorden administrativo, un control severo en los gastos y prácticamente se liquido a la oposición. En 1835 Rosas fue elegido nuevamente gobernador de la provincia de Buenos Aires, esta vez con la suma del poder público y el manejo de las relaciones exteriores. Nuevamente, la oposición fue combatida, casi por medio del terror, bajo la certeza de que los opositores eran unos subversivos que debíanser eliminados. El uso del terror era considerado necesario para asegurar el orden y la prosperidad.
Lo cierto es que el caudillo quería gobernar toda la argentina y para ello puso en práctica una política, que por lo general sin escrúpulos, favorecía a los estancieros y propiciaba la consolidación de una aristocracia latifundista. Era un ardiente federalista de Buenos Aires. Poseía el carisma...
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