Argumentacion Racional

Argumentación racional y consecuencialismo
en la decisión judicial
Mario RUIZ SANZ
"El interés de la justicia no se mide solamente con arreglo al valor del
objeto en litigio, sino también según el valor ideal del derecho»
(R. von Jhering, El fin del Derecho)

1. EL JUEZ EN EL ESTADO DEMOCRA TICO

Resulta hasta cierto punto banal afirmar que
corren tiempos de cambio y transición hacianuevos
modelos de organización política y social. No sólo
respecto a la noción de soberanía estatal ~
nacionalacontece la llamada «crisis de gobernabilidad», sino que tal crisis embarga a los tres poderes
clásicos, configurados en su día por Locke y Montesquieu, que han caracterizado y definido las relaciones jurídico-políticas del Estado de Derecho en
sus diferentes formas históricas 1• Lasrelaciones entre los tres poderes han variado a través de las diversas manifestaciones del Estado de Derecho,
pese a que tal división -mejor distinciónsea una
de las características fundamentales e irrenunciables que definen y articulan la necesaria relación entre el Derecho y el Poder, pero no deja de ser menos cierto que la continua tensión -incluso conflicto- entre ellos mantieneinequívocamente vivo el
modelo de Estado democrático actual. No obstante,
y con respecto al poder judicial en concreto, no puede dejar de reconocerse que nos encontramos sin
lugar a dudas ante una notable «crisis de justiciabiIidad» en los sistemas del Derecho codificado de la
Europa continental.
El mecanismo de decisión judicial propio de la modernidad, nacido a la luz del Estado liberal de Derecho ydominante en nuestra cultura jurídica tradicional, ha padecido una paradójica transformación a lo
largo del progresivo asentamiento del Estado social:
mientras que el razonamiento judicial se ha mantenido incólume e invariable en los ordenamientos positivos marcado por su forma silogística (simplificado a través de su estructura lógica en dos premisas
y una conclusión: norma, hecho y resolución), elrol
social del juez ha sufrido un lento pero profundo
cambio. Una de las características que definen al Estado asistencial de nuestros días es la dejación de
los problemas del individuo al Estado, que tiene que
resolver casi todos los asuntos personales, en ocasiones hasta los más íntimos. No sin cierto despar-

pajo, los llamados «nuevos liberales» utilizan la metáfora del «gran hermano»(big brother) al que recurrimos para solucionar nuestros pequeños problemas. Así pues, no resulta extraño que la progresiva
hipertrofia legislativa y reglamentaria que ha venido
produciéndose en el Estado social de Derecho haya
determinado, en general, el cambio de función de
los operadores jurídicos.
No cabe pasar por alto algunas propuestas, tanto
teóricas como prácticas, que han alzado suvoz contra ese modelo de juez decimonónico y formalista
cuya labor pretende asemejarse a la de un estricto
científico convencido de que dispone del instrumental adecuado e incluso perfecto (las normas jurídicas) para resolver cualquier situación que pueda
planteársele. Desde la propia ciencia jurídica, las
teorías hermenéuticas han puesto de relieve la importancia de la interpretación jurídicacomo momento intermedio y autónomo entre la creación y la aplicación de las normas. Con ello, la labor del juez no
quedaría sólo circunscrita a la aplicación del Derecho, sino que cobraría una mayor importancia la interpretación del mismo. De esta manera, pretende
ponerse en evidencia el lastre histórico de una neta
separación entre el poder judicial y los otros dos poderes. Bajo la manidaproclamación de las señas de
identidad de la judicatura como poder «independiente», se esconde una toma de posición ideológica que
no deja de ser una de las lacras que acompañan -y
hasta encubren- la idiosincrasia de la profesión del
juez. Como ejemplo de crítica incisiva a esta forma
de concebir la función judicial, aparecieron en Italia
sobre la década de los años setenta diversas...