Aristóteles, el libro v y la pobreza

La pobreza, más allá que virtud o defecto, significa una postura de vida, una condición de clase. Me permito hacer esta diferenciación pues el contexto actual continuamente nos remite a la discriminación de la pobreza, lo que muchas veces deriva en una descalificación de las personas a los otros como a si mismos, hacia las actitudes del prójimo (en el sentido de próximo, es decir el más cercano),sus gustos y modos de de vivir. Algo así como un racismo basado en el nivel económico.
No es, un problema que podamos tildar de nuevo o reciente, es, revisando la historia humana, una de las bases más importantes (sino es que la más) sobre las que las sociedades se han fundamentado, no sorprende entonces que las mismas actitudes y comportamientos sean repetidos y sigan siendo representadosde casi igual manera a como fueron originalmente hechos. Me explico: la violencia y acción del opulento sobre el derecho del pobre o del que carece en variable medida de riqueza, es una misma obra teatral que a diario se representa con distintos diálogos.
Para no ir más lejos, cambia la forma pero no el fondo, si bien antes el sistema esclavista (de)mandaba que unos dedicaran su vida enpos de la acumulación de riqueza de otros, es decir, vivían para trabajarle a otros, ahora la cuestión es la misma (claro, con variables temporales que no por ello resultan ser sustanciales o determinantes): el desempleo, subempleo, comercio informal, y/o empleo mal pagado, todos ellos son la realidad cotidiana de millones de personas, tan sólo contando las este país; así pues, la carencia-calidaddel empleo resultan actualmente la cadena que controla, el cuchillo que pende sobre las personas, lo que les impide en muchos casos protestar o quejarse sobre lo que consideren justo o injusto.
Aquí es cuando el conflicto entra con lo expuesto hace siglos por Aristóteles. A decir de las categorías aristotélicas de justicia, lo justo o injusto vienen siendo actitudes normales, normativaspues, entre los hombres, pero por otro lado, son también acciones voluntarias e involuntarias las que determinan quienes actúan justa o injustamente. Aunque al principio parece un caos de conceptos, contradictorios y al mismo tiempo alternativos (no olvidemos tampoco que la humanidad sí algo podemos asegurar, es contradictoria), la justicia e injusticia resulta una actitud voluntaria pero que de igualforma debe estar motivada.
Es un tema difícil lo referente a las conductas, pues todas obedecen a distintos siempre distintos intereses, variables obviamente dependiendo de la persona, así encontramos que aunque alguien actúe de forma injusta, esto no lo señala como un actor injusto de por vida, pues se desconocen las motivaciones que lo llevaran a cometer tales acciones.
Así pues,buscando traspalar estas reflexiones filosóficas hacia al plano material actual, encontramos que si bien un empleado puede quejarse de alguna situación con su gerente o jefe directo, y así este puede tomar una decisión al respecto, encontramos que este no es ya un problema que ataña a dos personas, es decir, dos individuos con ocupaciones o profesiones medibles, sino que esto ya es unenfrentamiento desigual, pues el empleado que busca que su protesta trascienda se enfrenta al aparato corporativo donde cada nivel posee protocolos de acción para tratar con dichos sucesos. Es decir, el empleado no está dialogando con el jefe, no hay igualdad de condiciones, pues el empleado tiene su motivación en búsqueda de su beneficio, que ni siquiera es una búsqueda (claro, no se generaliza que en todoslos casos se proceda así, pues habrá siempre quien sí busque aprovecharse), por decirlo de algún modo, egoísta, pues por el tiempo y limitada gama de opciones lo único que puede pelearle a la empresa actualmente un obrero del gremio que sea, son las condiciones mínimas de seguridad o calidad para realizar su labor, mas el patrón, por otro lado, está motivado por los intereses de la empresa, se...