Arista mariano

Mariano Arista y las elecciones presidenciales de 1850 en México

La imagen tradicional que se tiene de México en las tres décadas que separaron la independencia y la Reforma (1821-1855), se puede encasillar clara y llanamente en la clasificación denominada “la era de Santa Anna”. Esta expresión describe implícitamente una época de caudillos dirigidos por el notable general Santa Anna, así comoun período de dominación militar a costa de cualquier regla civil basada en principios democráticos. Los hechos históricos más elementales ocurridos durante estas tres décadas no hacen más que corroborar el cuadro: todos los presidentes anteriores a Benito Juárez fueron generales militares; se suscitaron innumerables revueltas dirigidas por oficiales disidentes del ejército; antes de 1850, sóloun hombre logró completar su período presidencial; se luchó en varias guerras, contra España, Texas, Francia y los Estados Unidos; se gastó más de la mitad del presupuesto nacional en las fuerzas armadas; y, finalmente, el ejército fue, en algunas ocasiones, bastante numeroso, con un excedente de 50 000 hombres, por lo menos según la estadística oficial. Tal evidencia demuestra ciertamente eldominio militar, pero al mismo tiempo, nos puede llevar por caminos erróneos. Ensombrece, por ejemplo, el hecho de que aún dentro de ese mundo militarizado y formando parte de él, existía otro de debate y acción política, dirigido generalmente por una mayoría civil. Después de que México adoptara la forma de un gobierno republicano en 1824, con su doctrina de soberanía popular y la división de poderes,toda la estructura del gobierno, a nivel nacional, regional y municipal, se basó en un sistema representativo. Las elecciones para nombrar a los miembros del congreso, de las legislaturas y de los ayuntamientos, se volvieron eventos regulares, a veces hasta anuales, y ninguno de los presidentes militares intentó siquiera gobernar sin una asamblea electa o asignada. Incluso Santa Anna, aspirante auna forma de gobierno autocrático, reconoció invariablemente la demanda de una autoridad legislativa hasta su último periodo presidencial - 1853-1855 - cuando finalmente alcanzó la categoría dictatorial que tanto codició a lo largo de su carrera.1

Así pues, las elecciones pasaron a formar parte integral del proceso político en México. Aquellas para elegir a los miembros del congreso, laslegislaturas y los ayuntamientos locales, se realizaron siempre en un clima de excitación y alboroto creado por la miríada de partidos políticos que se formaron después de 1821. A pesar de la corrupción y la falsificación de papeletas disfrazada de una forma u otra, además de la influencia muda pero implacable de la élite en control del poder público, los resultados de las elecciones eran en generaldesconocidos o raramente predeterminados. De hecho, existen varios casos en los que el presidente militar, Santa Anna inclusive, no logró los resultados deseados y, en consecuencia, se vio acosado por un congreso hostil.

Las elecciones presidenciales, sin embargo, eran completamente diferentes. El poder se disputaba entre varios candidatos, pero los resultados, en su gran mayoría, se conocían yacon antelación. Esto se debió sobre todo a que el candidato en el liderazgo alcanzaba su preeminencia a través de una revuelta o pronunciamiento. Después de forzar la renuncia del presidente en el poder, y algunas veces hasta del congreso, el victorioso general siempre trataba de legitimarse por medio de un proceso electoral. Guerrero, Bustamante, Santa Anna, Paredes y Arrillaga, y Herrera, fueronpersonajes que alcanzaron la presidencia de esta manera. El último, José Joaquín de Herrera, fue elegido en 1848 para ocupar el puesto durante tres años, después de la renuncia obliglada de Santa Anna, tras la desastrosa derrota militar contra los Estados Unidos en 1846-1848. Herrera se convirtió en el único presidente que cumpliera los tres años de mandato de principio a fin, desde la...