aristoteles

ARISTÓTELES: ÉTICA DE LOS FINES (TELEOLOGÍA) O ÉTICA DE LA VIRTUD
¿Te has dado cuenta que todas las cosas tienen una finalidad? Así, por ejemplo, la finalidad de un lápiz es poder escribir con él; la de un foco, iluminar; la de un árbol, brindar oxígeno y así sucede con todos los seres. A esto Aristóteles le llamaba teleología (de teleos: fin). Para lograr esta finalidad, cada ser debe poseerciertas características (potencialidades) que le permitan cumplir con su función. Si el lápiz no tuviera esa forma ni tuviera grafito en su interior, simplemente no realizaría su finalidad; así como el foco, sin su forma ni el filamento, tampoco podría iluminar.

El fin de todas las cosas es ser perfectas; aquí no se entiende la perfección como una cualidad supernatural sino, simplemente, comola realización plena de la finalidad para lo cual existen las cosas. Si con un lápiz puedes escribir, este objeto es perfecto; si un foco ilumina, es perfecto. Pero, en el caso del ser humano, ¿en qué radica su perfección? La respuesta se busca en sus mismas características propias o esenciales. Hay dos cosas que sólo el ser humano puede hacer: pensar y amar (El primero corresponde al Entendimientoy el otro a la Voluntad). De acuerdo con esto, todo ser humano sería perfecto, pues todos piensan y todos aman algo; sin embargo, nos damos cuenta de que no es así. Para ser perfecto, las dos potencialidades (pensar y amar) deben, a su vez, realizarse plenamente. El planteamiento es: ¿para qué tenemos el Entendimiento? (el para qué pensamos) y ¿para qué tenemos la Voluntad? (qué debemos querer oamar). Un examen más minucioso nos permitiría descubrir que lo propio del Entendimiento es la búsqueda de la verdad, lo cual implica reconocer el error, discernir entre lo correcto y lo incorrecto, el bien del mal. La Voluntad, por su parte, mueve a la persona a conseguir aquello que le ha presentado el Entendimiento. Sólo de este modo diríamos que un ser humano es perfecto: si piensaadecuadamente para descubrir la verdad y el bien, y si la voluntad lo lleva a la acción, es decir: piensa y ama.

Pero esta reflexión no termina aquí. Aristóteles utiliza otro término para referirse a la perfección propia del hombre: la felicidad (por eso a esta teoría se le conoce como Eudemonismo –de eudaimon: felicidad). En otras palabras: los objetos tienden a ser perfectos, no a ser felices, pero en elcaso del ser humano esta perfección se identifica con la felicidad. La finalidad del ser humano es, por consiguiente, ser feliz.

Aristóteles afirmaba que para que el ser humano fuera feliz debía ser virtuoso. La virtud, al igual que el vicio, es un hábito, es decir, es el resultado de un acto repetitivo. Si estos actos son correctos la persona se vuelve virtuosa; pero, si no lo son, entoncesla persona cae en un vicio. Hay que destacar que ya no estamos hablando simplemente de tener la opción entre el vicio y la virtud, sino de expresarla con acciones.

Imaginemos, por ejemplo, a un arquero que trata de ser lo más certero posible. Al principio, lo más probable es que falle continuamente o que le atine al blanco por mera casualidad; pero sólo la práctica disciplinada (hábito positivoo virtud) lo hará un buen arquero, y aun así, no siempre será certero. Lo mismo sucede con las personas: fallar es más común que acertar, pero, si nos esforzamos, minimizaremos el error y sus consecuencias1.

El problema fundamental es saber distinguir la virtud del vicio. Aristóteles hablaba de la virtud como un término medio entre dos extremos viciosos: el defecto y el exceso. Por defectoentenderemos la ausencia del bien que debería realizarse; por exceso, en cambio, nos referiremos al abuso de ese mismo bien. Pongamos un ejemplo: sabemos que realizar ejercicio físico es bueno para la salud; si habitualmente ejercitamos nuestro cuerpo (virtud), nos mantendremos saludables, lo cual sería un aspecto que contribuye a que seamos felices. Pero, si no realizamos ejercicio, caeremos...