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Política de Aristóteles, libro III
En este tercer libro, Aristóteles nos habla de la ciudad y los ciudadanos; como inicio, nos dice que toda actividad del político y del legislador, se refiere a laciudad, entonces, la ciudad es una multitud de ciudadanos, así que procede a describir al que se debe llamar ciudadano, y que es un ciudadano. Pues el que es ciudadano en un régimen, no lo es en laoligarquía, ciudadano solo lo es dentro de la democracia. Los que no corresponde llamarse ciudadanos, son los menores, y los ancianos, pues aunque son ciudadanos, no lo son en el sentido absoluto, sino que su edad los determina. Así pues, el concepto de ciudadano, según Aristóteles, sin más por ningún otro rasgo, se define mejor por participar en las funciones jurídicas y en el gobierno. Tambiénen esta parte, nos ofrece la idea de que las magistraturas, son limitadas en su duración, de modo que algunas no pueden en absoluto ser desempeñadas por la misma persona dos veces, solo la figura deljuez y de los miembros de la asamblea no contaban con esta limitación, a los que denomina como magistratura indefinida. Después de esto, resulta claro definir quién es un ciudadano: a quien tiene laposibilidad de participar en la función deliberativa o judicial, y llamamos ciudad al conjunto de tales ciudadanos suficiente para vivir con autarquía.
El siguiente cuestionamiento importante que sehace es; ¿Cuándo debe considerarse que la ciudad es una? Para responderla, se apoya en algunas variantes. La extensión territorial, la población (cantidad), y la raza. Pero será en esta última en dondeencuentre la respuesta. Ya que hay que afirmar, que la ciudad es la misma mientras sea el mismo el linaje de los que habitan. Bajo este mismo apartado, se pregunta la posibilidad de que la ciudadcambie, a lo que afirma si la ciudad es una cierta comunidad, y es una comunidad de ciudadanos en un régimen, cuando el régimen se altera específicamente y se hace diferente, parecerá forzoso pensar...