aron coopland
AARON COPLAND
Quizá debiera comenzar explicando que me considero un compositor de música, y no un escritor musical. Recordando, entonces, que soy primeramente un compositor, y no un escritor, examinaré mi terna fundamentalmente desde el punto de mira del compositor, con el objeto de compartir con otros, hasta donde ello sea posible, los diversos placeresderivados de experimentar la música como arte. Axiomático es que la música brinda placer. Durante una visita que hice a las salas de exposición de un fabricante de órganos electrónicos, se me ilustró, curiosamente, la fascinación que la música ejerce sobre algunos seres humanos. Ese día comprendí cabalmente cuán hipnotizados pareceremos las criaturas inclinadas hacía la música, ante los ojos de nuestrosamigos menos aficionados al arte sonoro.
Si la música produce impacto en el oyente, se desprende que lo producirá en forma mucho más vigorosa en quienes cantan o ejecutan un instrumento con cierto grado de eficiencia. En tiempos isabelinos, se esperaba que cualquier culta leyera música y tomase parte en los coros madrigalistas. La música se ha tornado algo tan accesible que es casi imposibleevitarla. El empleo de la música como una especie de ambrosía, para acariciar los sentidos, mientras nuestra mente consciente está ocupada en otra cosa, es la abominación de los compositores que toman en serio sus obras. Por eso, la música a que me refiero en este capítulo está destinada a la atención no distraída del oyente. En realidad, por lo general se denomina música ¨ seria ¨, en contraposicióncon la música "ligera" o popular. Además, con frecuencia nuestra música "seria" es seria, a veces abrumadoramente seria; pero también puede ser ingeniosa, humorística, sarcástica, grotesca, sardónica y muchas cosas más. Nada puede ser más falso. Todos, profesionales y no profesionales, escuchamos la música en la misma forma: en una forma muda, en realidad; porque la música simple o la complejaatraen a todos nosotros, en primer lugar, por su pura atracción rítmica y sonora. Por ejemplo, todos nosotros podemos comprender y percibir la alegría de ser arrastrados por la corriente de la música. Detener el flujo de la música sería como detener el tiempo mismo, lo cual es increíble e inconcebible. Sólo alguna catástrofe puede producir semejante ruptura en el discurso musical, durante unaejecución pública. Amplios auditorios se reúnen todas las semanas, por el único placer - estoy convencido de ello - de vivir ese impresionante momento en que el director detiene la música en forma abrupta. El flujo musical es, en su mayor parte, el resultado del ritmo musical, y el factor rítmico, en la música, es, sin duda, un elemento clave que posee atracción simultánea sobre diversos nivelesculturales. Para algunas tribus africanas, el ritmo es música; es lo único que poseen. A causa de que el reflujo de la invención rítmica estaba relativamente bajo en la música europea de fines del siglo XIX, Stravinsky pudo aplicar lo que una vez denominé ¨ una inyección hipodérmica rítmica ¨ a la música occidental. Pero, dentro de estos límites, existen grandes zonas de vida rítmica todavía por explorar;formas rítmicas nunca soñadas por los compositores de marchas y mazurcas. El ¨ color tonal ¨ es otro elemento básico de la música que puede ser gustado por personas de distintos niveles de percepción, desde los más legos hasta los más cultivados. El ¨ color ¨ de ciertos instrumentos posee una atracción particular para ciertas personas. Como compositor, obtengo gran placer ideando combinaciones ¨tonales ¨.A lo largo de los años he notado que ningún elemento del arte del compositor confunde más al lego que esta habilidad para concebir “colores” instrumentales mezclados. El ¨color ¨ en la música, lo mismo que en la pintura, sólo tiene significado cuando sirve a la idea expresiva; porque es la idea expresiva la que dicta al compositor la elección de sus esquemas orquestales. Parte del...
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