Arquitectonico
Gabriel Zaid
Criterios de fomento cultural
Una de las paradojas de la democracia mexicana es el desprecio de los políticos, absortos en sus pequeñas ambiciones, por la cultura. Por otra parte, la crítica que se hace desde la cultura puede ser interesada. Zaid propone en este ensayo acciones concretas y prácticas para favorecer la libertad creadora.
on la democracia llega a Méxicola indiferencia cultural de la clase política. En la democracia, decía Alexis de Tocqueville (De la démocratie en Amérique, ii, 3o, 19), se multiplican los ambiciosos, pero las ambiciones se vuelven más pequeñas. La monocracia sexenal legitimaba su hegemonía de muchas maneras, y la más alta era la afirmación nacional frente al poder externo, en el marco de una historia, una cultura y un territoriopropios, que justificaban el derecho a la autonomía del país (y, de paso, la hegemonía interna). Además, la disciplina monocrática impedía a los políticos moverse por su cuenta y exhibir descaradamente sus pequeñas ambiciones. Tenían que subsumirlas (o cuando menos disfrazarlas) en el marco de las grandes ambiciones nacionales. Ahora todos buscan abiertamente sus intereses, se mueven parabeneficiarlos y no llegan a un puesto para atenderlo, sino para buscar otro mejor. Tanta rotación y pequeñez no es favorable para un buen gobierno, menos aún para la cultura. Quizá por eso el pri del nacionalismo revolucionario y los puestos que duraban seis años le dio más importancia a la cultura que los gobiernos posteriores del pri, el pan y el prd. En la campaña para las elecciones del 2006, laindiferencia de todos los partidos hacia la cultura fue evidente. Se explica, en primer lugar, porque la cultura no es muy vendedora en el mercado electoral. En segundo lugar, porque (con excepciones) la clase política, aunque más escolarizada que nunca, no tiene tiempo o ganas de leer libros, ni de apreciar las artes en su vida personal. Y, en tercer lugar, porque vive tan ajena a la cultura que nosabe cómo tratar con un medio al que todo le parece mal.
56 Letras Libres septiembre 2006
En la Nueva España, el fomento de la cultura estaba a cargo de los sectores que más pesaban en la sociedad: la corte, la Iglesia, los ricos. La tradición se rompió en el siglo xix, por las guerras de Independencia y de Reforma. Lo urgente fue desplazando a lo importante. Un Estado inestable no podía ser elrelevo de la corte en el fomento de la cultura. Como si fuera poco, la Reforma confiscó los recursos de la Iglesia y exterminó al Partido Conservador. Los liberales vieron la importancia política de apoderarse de la educación, que estaba a cargo de la Iglesia, pero no querían ser conservadores de lo que veían como un lastre: la cultura indígena, la cultura católica, la cultura virreinal. Veían enEspaña y Francia el peligro de un retorno colonial. Tenían los ojos puestos en los Estados Unidos, el futuro, el progreso, la tecnología, la iniciativa privada y la apertura comercial. Ni el presidente Juárez ni los nuevos ricos beneficiados por el liberalismo dieron importancia al fomento de la cultura. Las fuentes de patrocinio virreinal no fueron reemplazadas, sino destruidas, el primer mediosiglo del México independiente. El fomento de la cultura resurgió por Ignacio Manuel Altamirano. Con muy pocos recursos, fundó una microempresa cultural decisiva para el renacimiento de la cultura en México: la revista El Renacimiento. Su ejemplo movió a muchos a las tareas de reconstrucción, en medio de las ruinas que dejaron la independencia y el liberalismo. Ya en el siglo xx, un discípulo suyo,Justo Sierra, inició el fomento cultural desde el Estado, con el apoyo del dictador Porfirio Díaz, de 1901 a 1911. La Revolución desquició sus proyectos, reactivados por José Vasconcelos desde 1921, con el apoyo del nuevo dictador Álvaro Obregón. Altamirano, Sierra y Vasconcelos, no sólo fueron hombres cultos y creadores, sino grandes estadistas, que veían claramente la impor-
tancia de la...
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