Arquitectura Latinoamericana
Iberoamericana ,
Vol.
LXXI,
Núm.
211,
Abril-Junio
2005,
363-372
¿QUÉ NOS DICE HOY LA CIUDAD LETRADA DE ÁNGEL RAMA?
POR
FRANÇOISE PERUS
Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
La importancia de mantener viva la tradición de reflexión y debates en torno a la
literatura y la cultura latinoamericanas –que no puede echarse al olvido con el pretexto deque los tiempos actuales son “otros”, por “globalizados”– guarda relación con el examen
de los principales trabajos de revisión conceptual y disciplinaria que, en el ámbito
internacional, buscan dar cuenta de las trayectorias, los objetos y las problemáticas que,
hoy por hoy, caracterizan las principales disciplinas humanas y sociales. En todos ellos
llama la atención el desconocimiento de lastradiciones de reflexión provenientes de
América Latina en torno a la propia experiencia histórica. Desde luego, se puede ver en
esta ignorancia una manifestación más de la permanencia de formas de hegemonía y
dominación, que tienden a marginar la labor intelectual de áreas enteras del planeta. Sin
embargo, cabe preguntarse si esta ausencia no proviene también de una falta de confianza
en elvalor de nuestras propias herencias y de nuestra capacidad para contribuir más
activamente en los grandes debates de nuestro tiempo.
Respecto de La ciudad letrada, en la que me detendré ahora, me parece necesario
subrayar una vez más la conveniencia de no aislar este texto de los demás trabajos de Ángel
Rama, en particular de Transculturación narrativa en América Latina y de Las máscarasdemocráticas del modernismo. Rama era un gran lector –y no sólo de literatura–, y un
lector voraz, que trabajaba a base de grandes intuiciones surgidas de estas lecturas varias.
Estas intuiciones eran, más que el rigor conceptual, las que el crítico uruguayo solía poner
a prueba en sus diversos abordajes de las tradiciones culturales y literarias latinoamericanas.
En algún momento habrá quereconstituir con detenimiento la gran variedad de lecturas,
confesadas o no, que informan las búsquedas y los resultados, siempre provisionales, de
los análisis de Rama. Esta reconstitución acaso permitiría entender mejor los múltiples
desplazamientos de su atención y sus enfoques, y acaso también el valor desigual de sus
investigaciones.
De cualquier forma, la gran variedad de calas y depropuestas interpretativas en torno
de lo que, a fin de cuentas, constituye la gran preocupación de Ángel Rama –las
particularidades de la modernidad latinoamericana– impide reducir su pensamiento al
sesgo particular de la indagación que perfila tal o cual de sus textos en particular. En este
sentido, el acento que pone La ciudad letrada en la permanencia del sector letrado y en
lo limitado de lastransformaciones del vínculo que dicho sector ha mantenido con los
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sucesivos aparatos de poder y dominación, desde la época colonial hasta hoy, debe verse
tan sólo como una entre otras –y acaso no la más feliz– de las aproximaciones de Rama
a la problemática de la modernidad latinoamericana. Con todo, este sesgo particular –y sin
duda muy problemático, como trataréde mostrar a continuación centrándome ante todo
en la forma de exposición adoptada por el autor–, acaso pudiera tener la virtud de llamar
la atención sobre un fenómeno de largo plazo, que los debates coyunturales tienden a
ocultar o “enmascarar”. En esta perspectiva de largo plazo, la primera pregunta que sugiere
hoy la lectura de La ciudad letrada podría consistir en tratar de averiguar hastadónde la
globalidad neoliberal, y la industrialización del imaginario de masas que hoy conocemos
con el nombre de “cultura”, conllevan efectivamente una “democratización de la cultura”,
y bajo qué modalidades concretas. Otra interrogante, complementaria de la anterior,
atañería a la eventual permanencia de lo que, pese a politizaciones y revoluciones de toda
índole, Rama entendía por...
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