Arquitectura
El Pacífico Norte despliega su contraste de pampa seca con el verde de losguanacastes e higuerones, el rosa coral de los caraos, cortezas, caña fístula, robles y más tarde los malinches y los orgullos de la India. El ganado apacienta sus calores bajo la sombra y a lo lejos, elmar nos espera ansioso en su inquietud de olas, arena y atardeceres.
Pero toda esta belleza está regada de polvo en el trayecto de la Costanera desde Sámara hasta el norte, y en muchas otras carreterasde la zona. Escuelas, hoteles, abastecedores, casas, vegetación y animales, desaparecen en una nube de polvo y sequía en un trayecto que debería ser orgullo nacional y ahora, el lastre del lastre yen el invierno, barro e inundaciones.
Los guanacastecos y el visitante, merecemos carreteras dignas y puentes en todos los ríos para llevar la salud y el desarrollo sostenible a esa zonaprivilegiada, así como una Interamericana de cuatro o más carriles que nos permita circular sin problema. La solución está en nuestras manos. Todavía estaríamos haciendo filas de tres horas para ir a la Penínsulapor el ferry del Tempisque, si Taiwán no nos hubiera donado el Puente de la Amistad, qué mal agradecimos.
Somos dueños de un Tesoro, nuestro paisaje que cambia kilómetro a kilómetro, cantón acantón, provincia a provincia. ¿Por qué no recoger ese regalo de Dios y disfrutarlo? Belleza escénica, se llama.
La carretera de Manolos a Caldera y Jacó por el Monte del Aguacate, un jardín quesembraríamos de árboles ornamentales y frutales para deleitar a los turistas, así como se muestran los cerezos en flor en Japón y los tulipanes en otros países.
Turrialba, Juan Viñas, el valle de Orosi, un...
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